Respuesta:
Muy poco se dice en la Biblia sobre Lidia. Solo se menciona su nombre dos veces en las Escrituras; en Hechos 16 encontramos el registro de su conversión y su posterior bautismo (Hechos 16:11-15). A través de la historia de Lidia, podemos obtener algunos detalles útiles acerca de la conversión, específicamente sobre la conversión de los creyentes judíos.
Lidia en la Biblia era originalmente de Tiatira, pero estaba viviendo en Filipos cuando conoció a Pablo en su segundo viaje misionero. Era vendedora de tela púrpura, por lo que Tiatira era famosa, siendo un centro de comercio de añil. Aparentemente, Lidia se había trasladado a Filipos para ejercer su oficio en esa ciudad. Los arqueólogos han encontrado entre las ruinas de Tiatira inscripciones relacionadas con un gremio de tintoreros en la ciudad. Es posible que Lidia fuera miembro de este gremio, pero no hay evidencias en la Biblia que prueben ese detalle.
Lidia también era una adoradora de Dios (Hechos 16:14), y cuando Pablo la encontró, estaba honrando el día de reposo, lo que significa que probablemente era judía. El relato de la conversión de Lidia dice que ella se reunió con un grupo de otras mujeres en el día de reposo en un lugar de oración cerca del río fuera de Filipos. El hecho de que Pablo, Timoteo, Lucas y Silas llegaron al río para hablar con las mujeres indica muy probablemente que no había suficientes hombres judíos en Filipos para abrir una sinagoga allí.
Lidia escuchó el evangelio de Jesucristo, y la Biblia dice que Dios le abrió el corazón para prestar atención a lo que Pablo decía (Hechos 16:14). Después de creer, Lidia fue bautizada, al igual que el resto de su casa. No está claro en el relato bíblico si cuando se menciona "su casa" se refiere solamente a su familia o si también se incluían los sirvientes. Tras la conversión y bautismo de Lidia, ella insistió en que Pablo y sus amigos fueran a quedarse en su casa, si la consideraban "fiel al Señor" (versículo 15). Lucas dice que "nos obligó", lo que indica el fervor de su deseo de ser hospitalaria. Los misioneros, de hecho, juzgaron que Lidia era una verdadera creyente, y se alojaron en su casa mientras estuvieron en Filipos.
La conversión de Lidia marca el comienzo de una nueva época en la Biblia. Hasta aquel punto, el evangelio no había ido más allá de Asia Menor. De hecho, en este viaje, la intención original de Pablo había sido quedarse en Asia, pero Dios cambió sus planes. El Señor envió a Pablo una visión, llamándolo a ir al oeste, a través del Mar Egeo y hacia Macedonia (Hechos 16:6-10). Lidia, aunque era nativa de Asia Menor, es la primera persona que se registra que fue salva en Europa.
Más adelante, en la historia bíblica, descubrimos que hay una iglesia en Tiatira (Apocalipsis 2:18). Pablo no visitó esa ciudad en ninguno de sus viajes misioneros, y no tenemos registro de quién pudo haber establecido esa iglesia. ¿Podría ser que Lidia fue quien llevó el evangelio a su ciudad natal? Es posible, pero de ninguna manera es seguro. La Biblia no lo dice.
La historia de Lidia en la Biblia es un gran ejemplo de la providencia de Dios y de Su cuidado por los creyentes. Lidia era una adoradora de Dios, pero, como Cornelio en Hechos 10, aún no había escuchado el evangelio. Dios desvió a Pablo y a sus amigos, y también aseguró que Lidia estaría en el lugar correcto en el momento adecuado para encontrarse con Pablo y escuchar las buenas nuevas de Jesús. Y, cuando Lidia escuchó el evangelio, Dios le abrió el corazón para que recibiera el mensaje de vida. En esta historia, tan llena de intervención divina, vemos la soberanía de Dios en la salvación; como Jesús dijo: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere" (Juan 6:44). También vemos el vínculo inmediato que tiene un nuevo creyente con otros creyentes en Cristo: Lidia mostró hospitalidad a aquellos que trajeron las buenas nuevas, y no aceptó un "no" por respuesta.