Respuesta:
El término "Llamado macedonio" se refiere a una visión dada por Dios que dirigió la ruta que siguió Pablo en su segundo viaje misionero (Hechos 15:39-18:22). El plan de Pablo era visitar y fortalecer las iglesias que había plantado en la provincia asiática de Galacia durante su primer viaje. Después esperaba llevar el evangelio a las regiones sin iglesia. Pablo y sus compañeros, Silas y Timoteo, tenían planes de dirigirse directamente al oeste, pero "les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia" (Hechos 16:6-8).
No se sabe exactamente qué hizo que Pablo y su equipo cambiaran de planes, pero de algún modo el Espíritu les dejó claro que no debían ir a la parte suroeste de Asia Menor. A continuación intentaron dirigirse al norte, a Bitinia, situada a lo largo de la costa meridional del Mar Negro, pero, de nuevo, "pero el Espíritu no se lo permitió" (Hechos 16:6-7). Así pues, los misioneros bordearon la región de Misia y llegaron a la ciudad portuaria de Troas.
Es evidente que estos primeros misioneros eran sensibles a la guía del Espíritu Santo. La ruta que tomaron dependía en gran medida de la dirección del Espíritu y de la oración. Si hubieran seguido sus planes originales, su labor se habría limitado a Asia Menor (la actual Turquía). Cuando el Espíritu les cerró las puertas, los misioneros siguieron buscando dirección para su viaje.
Tras ser desviado dos veces, Pablo se detuvo en Troas, en la costa oriental del mar Egeo. Allí Pablo recibió el llamado macedonio: "Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos" (Hechos 16:9). Esta visión fue la clara dirección que necesitaban. "Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio" (Hechos 16:10).
Se produce un interesante cambio de perspectiva entre Hechos 16:8 y Hechos 16:10. En el versículo 8, la narración está escrita en tercera persona ("ellos"). Pero en el versículo 10, se utiliza la primera persona ("nosotros"): el narrador se incluye a sí mismo en la acción. Es evidente que Lucas, el autor de los Hechos, conoció a Pablo en Troas y se unió a la compañía de misioneros. Algunos creen que Lucas era el "varón de Macedonia" que Pablo había visto anteriormente en su sueño y que, una vez que Pablo lo conoció, supo sin lugar a dudas que debía acompañar a Lucas en un viaje al oeste.
Pablo obedeció la visión. Si los macedonios necesitaban ayuda, entonces irían a Macedonia (la parte norte y central de la actual Grecia). El llamado de Macedonia hizo que Pablo y sus compañeros navegaran de Troas a Neápolis, deteniéndose por la noche en la isla de Samotracia. Desde Neápolis, continuaron hasta la colonia romana de Filipos, la principal ciudad de ese distrito de Macedonia (Hechos 16:11-12). Esta zona sigue siendo conocida como la puerta de Europa. Hasta ese momento de la historia, el Evangelio se había limitado a Asia, y muchos historiadores atribuyen al hecho de que Pablo atendiera el llamado macedonio la expansión del cristianismo en Europa y el mundo occidental.
En Macedonia ocurrieron muchas cosas. La conversión de Lidia (Hechos 16:14-15), la liberación de una esclava adivina (Hechos 16:16-18), el encarcelamiento de Pablo y Silas en Filipos (Hechos 16:16-28), la conversión del carcelero y su familia (Hechos 16:29-34) y la predicación de Pablo en el Areópago de Atenas (Hechos 17:16-34) son algunos de los momentos más destacados del segundo viaje misionero.
Pablo plantó varias iglesias en respuesta al llamado macedonio. Se establecieron cuerpos locales de creyentes en Filipos (Hechos 16:40) y Tesalónica (Hechos 17:4), en Macedonia, y en Corinto, en la cercana Acaya (Hechos 18:1-11). Estas iglesias fueron importantes en el crecimiento de la Iglesia primitiva y mantuvieron una relación duradera con los apóstoles. Cinco de las epístolas del Nuevo Testamento se escribieron a estas tres iglesias.
La historia de la Iglesia -y del mundo- cambió para siempre gracias al sueño divino conocido como el llamado macedonio.