Pregunta: ¿Por qué Moisés tiene cuernos en algunas estatuas / esculturas antiguas?
Respuesta:
La famosa estatua de Moisés de Miguel Ángel, expuesta en Vincoli, Roma, en la Basílica de San Pedro Encadenado, representa a Moisés con dos cuernos en la cabeza. Esta representación de Moisés con cuernos realizada por Miguel Ángel y por otros artistas en otras obras de arte y literatura, tiene su origen en un pasaje del libro del Éxodo.
Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las primeras tablas de piedra, se encontró con la idolatría y la inmoralidad del pueblo. Furioso, Moisés arrojó las tablas al suelo, haciéndolas pedazos. Después de que el pueblo se arrepintiera, Dios llamó a Moisés para que subiera de nuevo al monte Sinaí, con nuevas tablas de piedra para reemplazar las que había roto: "Cuando Moisés descendía del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, Moisés no sabía que la piel de su rostro resplandecía por haber hablado con Dios" (Éxodo 34:29, NBLA). Cuando la gente vio el rostro resplandeciente de Moisés, tuvieron miedo de acercarse a él (versículo 30). Así que Moisés se cubrió el rostro con un velo (versículo 33). No parece haber nada en este pasaje que justifique la idea de que Moisés tenía cuernos, sin embargo, de ahí procede la idea, debido a una traducción latina.
La palabra hebrea original que se utiliza para describir la piel radiante del rostro de Moisés es qaran. Una palabra relacionada, qeren, significa "cuernos", ya que se refiere a algo que "se proyectaba hacia fuera" como hacen los cuernos. Sin embargo, la palabra qaran significa propiamente "brillar" o "emitir rayos". La redacción hebrea utilizada en Éxodo 34 pretendía indicar que el rostro de Moisés "emitía rayos de luz" o "proyectaba luz".
La traducción de la Vulgata latina realizada por Jerónimo en el siglo IV utilizó la palabra latina cornuta para describir el rostro de Moisés. Cornuta, relacionada con la palabra cornucopia ("cuerno de la abundancia"), significa "cornudo". Jerónimo, al decir que Moisés no era consciente de que "su rostro se había vuelto cornudo", expresaba muy probablemente el hecho de que la piel del rostro de Moisés irradiaba "fuertes cuernos de luz". Pero su redacción dio lugar a interpretaciones excesivamente literales por parte de artistas que asumieron que Moisés tenía cuernos reales que sobresalían de su rostro cuando descendió del monte Sinaí.
Una traducción inglesa conserva la expresión "cuernos" en Éxodo 34. La traducción católica de la Biblia Douay-Rheims de Éxodo 34:29 dice: "Cuando Moisés descendió del monte Sinaí, sostenía las dos tablas del testimonio, y no sabía que su rostro tenía cuernos por la conversación del Señor". La razón por la que Moisés tiene "cuernos" en la Traducción Douay-Rheims es que fue traducida directamente de la Vulgata Latina y no de los idiomas bíblicos originales.
La Septuaginta (280-100 a.C.), la antigua traducción griega de la Biblia hebrea, se refiere al rostro de Moisés como "glorificado". El apóstol Pablo confirma que este es el significado correcto: "Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro" (2 Corintios 3:7).
Es posible que Miguel Ángel y otros artistas antiguos utilizaran los cuernos simbólicamente, del mismo modo que Jerónimo en la Vulgata latina, para ilustrar visualmente los rayos de luz en forma de protuberancias parecidas a cuernos. Aunque cierta propaganda antisemita ha representado desde entonces a los judíos con cuernos, la escultura de Moisés de Miguel Ángel no representaba nada negativo o demoníaco.
En la Biblia, los cuernos simbolizan a menudo el poder, expresando la dominación de los débiles (Ezequiel 34:21), el poder de destrucción (Zacarías 1:18-21) y la liberación de la opresión (1 Reyes 22:11; 2 Crónicas 18:10). Los siete cuernos del Cordero de Dios representan su poder infinito (Apocalipsis 5:6).
Moisés no tenía cuernos en la cabeza. Tenía "un rostro de fortaleza", que emanaba rayos de luz después de hablar con Dios. La Biblia es clara al respecto, pero una traducción defectuosa de un versículo -algunos dirían que una traducción excesivamente literal- amplificada por obras de arte clásicas, ha dado lugar a cierta confusión y desconcierto.