Pregunta: ¿Qué podemos aprender de la relación de Moisés y Aarón?
Respuesta:
Aarón era el hermano mayor de Moisés, que sacó a los israelitas de la esclavitud egipcia. Aarón tenía tres años cuando nació Moisés (ver Éxodo 7:7), pero no sabemos qué edad tenía entonces su hermana María. Es posible que hubiera una diferencia de edad significativa entre María y Moisés, porque a María se le confió el cuidado de su hermano pequeño cuando el edicto del faraón resultó en la matanza de los bebés hebreos varones (Éxodo 1:22; 2:1-4).
Dios intervino para proteger a Moisés, y la hija del faraón descubrió al niño y se lo llevó a vivir a palacio como su hijo (Éxodo 2:5-10). Parece que la Biblia da a entender que a Moisés se le permitió seguir manteniendo una relación con su familia biológica. Aunque creció como príncipe egipcio, Moisés seguía identificándose con sus raíces judías y consideraba a los hebreos sus hermanos. Cuando vio que un egipcio maltrataba a un hebreo, se enfureció y mató al agresor (Éxodo 2:11-12). Temiendo por su vida, Moisés huyó al desierto, donde pasó los siguientes 40 años como pastor (Éxodo 2:15; 3:1).
La Biblia no menciona esos años, por lo que solo podemos especular si Aarón sabía o no dónde estaba Moisés y si venía a visitarle. Lo más probable es que Aarón y Moisés se mantuvieran en contacto de vez en cuando. Cuando Dios llamó a Moisés desde la zarza ardiente y Moisés protestó porque no podía hablar bien, Dios dijo: "¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón. . . . yo estaré con tu boca y con la suya. . . . él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios" (Éxodo 4:14-16).
No se conoce mucho de Aarón en aquellos primeros años, pero debió de mantener una relación con el Señor porque, cuando Dios le dijo que fuera a reunirse con Moisés, Aarón no se sorprendió lo más mínimo y obedeció de inmediato (Éxodo 4:27-28). Gracias a la reputación de Aarón en la comunidad hebrea, tenía los contactos necesarios para reunir a los líderes judíos para que escucharan lo que Dios le había dicho a Moisés (Éxodo 4:29-31).
En una época en la que los hermanos mayores eran respetados y ocupaban un lugar de honor en la familia, Dios invirtió esas expectativas. Dios eligió al hermano menor para ser exaltado a un lugar de liderazgo, y eligió al hermano mayor para ser el asistente. En este acuerdo, Aarón parecía desenvolverse bien. Solo una vez reveló resentimiento contra su hermano, cuando Aarón y María "hablaron contra Moisés" (Números 12:1-2). Dios se ocupó de esa situación, y tanto Aarón como María fueron perdonados.
Con el paso de los años, Aarón fue indispensable para Moisés. Juntos se enfrentaron al faraón, lanzaron las diez plagas sobre Egipto y sacaron a los israelitas de la esclavitud (Éxodo 7:1-2). Dios hablaba a Moisés, Moisés hablaba a Aarón y Aarón presentaba los mensajes al pueblo. Juntos, Moisés y Aarón, fueron los instrumentos que el Señor utilizó para sacar a Su pueblo de Egipto y llevarlo a la Tierra Prometida. Aarón, junto con un hombre llamado Hur, sostuvo las manos de Moisés en una batalla contra los amalecitas, de modo que las fuerzas israelitas prevalecieron milagrosamente (Éxodo 17:10-13).
Cuando Moisés subió al monte Sinaí para encontrarse con Dios, dejó a Aarón a cargo de los israelitas. A los pocos días, el pueblo se intranquilizó y Aarón demostró que no era el líder eficaz como su hermano. Aarón cedió rápidamente a las exigencias que el pueblo le hacía de un ídolo de oro (Éxodo 32). Cuando Moisés bajó del monte, se horrorizó al ver que el pueblo rendía adoración pagana a un becerro de oro. Aarón trató de fingir que no tenía nada que ver, pero Dios trajo una plaga sobre los israelitas por su terrible pecado.
Moisés y Aarón trabajaron juntos como líderes del pueblo de Dios. Moisés era el profeta elegido por Dios, y Aarón era el sumo sacerdote que Dios había designado (Éxodo 28:1-2). De hecho, Aarón fue el primer sumo sacerdote, y de sus descendientes se eligieron los futuros sumos sacerdotes. Tanto Moisés como Aarón fueron culpables de incredulidad y desobediencia en Meriba (Números 20:8-11), y a ambos se les prohibió entrar en Canaán (versículo 12).
De la relación entre Moisés y Aarón aprendemos que Dios conoce nuestros corazones y nuestras capacidades, y nos coloca en los cargos que nos convienen. Aarón tuvo que humillarse para aceptar la elección de Dios, y Moisés tuvo que aceptar la ayuda. Trabajando juntos, los hermanos lograron mucho más de lo que cualquiera de ellos podría hacer solo. Sirviendo fielmente como portavoz de Moisés, Aarón compensó la debilidad y los sentimientos de incapacidad de su hermano. Por su parte, Aarón recibió "honra y hermosura" (Éxodo 28:2). Gracias a su mutua cooperación y a la del Señor, la nación de Israel sobrevivió a una época difícil y llena de desafíos.
