Pregunta: ¿Deberían las mujeres cristianas usar tampones?
Respuesta:
Un tampón es un producto de higiene femenina que se utiliza para detener el flujo menstrual durante el ciclo mensual de la mujer. Un tampón es un tapón de material suave y absorbente que se inserta en la vagina para absorber la sangre antes de que salga del cuerpo, ayudando así a la mujer a mantenerse limpia durante el periodo. Ha habido cierto grado de preocupación sobre si las vírgenes deben usar tampones y si la inserción de un tampón en el cuerpo de una virgen puede romper el himen, destruyendo la evidencia de su virginidad. El cuerpo de cada mujer es diferente, y el himen puede romperse de muchas maneras a través de accidentes, la práctica de deportes bruscos o exámenes médicos. Aunque el uso de tampones puede provocar la rotura del himen, no hay pruebas de que los tampones lo rompan habitualmente.
Sin embargo, incluso si el himen de una virgen se rompe por un tampón, sigue siendo virgen y no es, de ninguna manera, sexualmente impura. La presencia de un himen intacto no es la única prueba de la pureza de una mujer. La pureza es una cuestión del corazón (ver Mateo 5:8). Si una mujer cristiana puede usar tampones sin sentirse culpable, entonces no hay razón para que se abstenga. Sin embargo, si es una cuestión de conciencia, o si ella quiere guardar cualquier exploración de su cuerpo para su noche de bodas, entonces está bien que se abstenga de usarlos.
Para una mujer casada, el himen ya se ha roto, por lo que ese aspecto de la decisión ya no es un factor. Para las mujeres que ya han tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio, pero que desde entonces se han comprometido a la pureza hasta el día de su boda, el uso de tampones puede ser para ella un símbolo de su inmoralidad, y por esa razón puede optar por mantener esa parte de su cuerpo fuera de los límites, incluso para sí misma. Pero para las jóvenes y las vírgenes, los tampones introducen la idea de introducir algo en la vagina, y muchas mujeres se sienten incómodas con ese concepto. Esto es perfectamente comprensible, y una chica o una mujer no debe sentirse avergonzada si decide no usar tampones.
Romanos 14 nos enseña cómo tratar los temas controvertidos y dudosos. El versículo 5 dice que cada persona debe estar "plenamente convencido en su propia mente". Cuando una mujer se ha comprometido a Cristo, ella puede tomar decisiones seguras acerca de su cuerpo porque su corazón está puesto para agradarle a Él. Ella puede incluso preguntarle al Señor si es permisible probar tampones y luego seguir adelante con lo que ella crea que es agradable a Él. Sin embargo, si hay algo en todo el concepto que le molesta a su conciencia, no necesita orar al respecto. Dios ya le ha dado Su respuesta.
La respuesta de Dios con respecto a los tampones para una mujer puede no ser Su respuesta para su amiga o hermana o prima. Así que, como en todos los asuntos discutibles, a través de la oración y la búsqueda del Señor, debemos estar plenamente convencidos en nuestras propias mentes acerca de lo que Dios quiere que hagamos, y también debemos tener cuidado de no juzgar a otros que lo ven de manera diferente. Romanos 14:4 nos advierte que, en cuestiones extra bíblicas como esta, en las que no hay instrucciones claras de la Palabra de Dios, debemos permitir a los demás la misma libertad que Dios nos permite a nosotros: buscarle, obedecerle y estar plenamente convencidos de que estamos en el centro de Su voluntad.