Pregunta: ¿Qué significa "nada me faltará" en el Salmo 23:1?
Respuesta:
En uno de los pasajes bíblicos más reconfortantes, el rey David declara: "El Señor es mi pastor, nada me faltará" (Salmo 23:1, NBLA). La frase "faltará" significa en este caso "tener necesidad" o "carecer"; la seguridad del salmista es que, con el Señor como pastor, nunca le faltaría nada. Todas sus necesidades estarían cubiertas.
David, que pasó su niñez cuidando los rebaños de su padre (1 Samuel 16:11, 19; 17:15), sabía algo sobre el corazón de un pastor. Comparó su relación con Dios con la de las ovejas y el pastor. La tierna imagen enfatiza el cuidado personal, la guía y la protección de Dios. El rey David confiaba plenamente en el Señor, sabiendo que no le faltaría de nada porque Dios estaba con él como su pastor.
Cuando a las ovejas se las abandona a su suerte, son animales vulnerables e indefensos, incapaces de satisfacer sus propias necesidades. El pastor conduce al rebaño hasta el agua fresca y los pastos para que se alimenten. Cuida de las ovejas cuando están heridas o enfermas. Sin pastor, las ovejas se dispersan y se pierden. Si no permanecen cerca del refugio y la protección del pastor, no tienen esperanza de sobrevivir a los ataques de lobos y otros depredadores. En cambio, cuando las ovejas permanecen bajo la atenta mirada del pastor, pueden decir: "Nada me faltará", porque él satisface todas sus necesidades.
Como ovejas de Dios, somos preciosas para Él (Salmo 28:9; 77:20; 78:52; 79:13; 80:1; 95:7; 100:3). Él asume toda la responsabilidad de nuestras necesidades, seguridad y protección, incluso arriesgando Su propia vida por nosotros. Jesús, que es "el gran Pastor de las ovejas" (Hebreos 13:20), aseguró repetidamente a Sus discípulos que cuidaría de ellos, guiándoles, protegiéndoles y dando Su vida por ellos (Juan 10:1-16, 26-30). Mediante Su muerte redentora en la cruz, Jesucristo pagó por nuestros pecados y nos compró como Sus ovejas. Aunque, en nuestro sufrimiento y dolor, nos alejemos del Señor, tenemos un Buen Pastor en Jesús, que es el "Guardián de sus almas" (1 Pedro 2:25). Cuando comprendemos esta verdad, podemos poner toda nuestra confianza en Él y decir: "Nada me faltará" (Salmo 34:9-10). Así descubrimos que ya no nos falta nada de lo necesario para experimentar una vida abundante en Él (2 Pedro 1:3; Salmo 84:11).
Jesús dijo a Sus seguidores: "Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten" (Mateo 6:33, NTV). La provisión enviada por el cielo fluirá si buscamos primero el reino de Dios y nos mantenemos en estrecha comunión con Él. Sólo entonces podremos aprovechar Su provisión ilimitada y suficiente de recursos. No tendremos que preocuparnos por qué comer, beber o vestir, porque nuestro amoroso Pastor sabe lo que necesitamos (Mateo 6:31-32). Nunca nos abandonará ni nos dejará mendigando pan (Salmo 37:25).
Cuando decimos: "Nada me faltará", también reconocemos nuestra satisfacción con Dios y con lo que nos ha dado (Hebreos 13:5; 2 Corintios 9:8). Significa que hemos aprendido el secreto del contentamiento, como el apóstol Pablo, que dijo: "porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas" (Filipenses 4:11-13, NTV).
Puede que no siempre tengamos todo lo que deseamos, pero podemos confiar en que Dios nos proporcionará todo lo que necesitamos. Como estuvo con Israel en el desierto, Dios siempre estará con nosotros, bendiciéndonos en todo, vigilando cada uno de nuestros pasos y asegurándose de que nada nos falte (Deuteronomio 2:7). Con el Señor como pastor, podemos decir con confianza: "Nada me faltará".