Respuesta:
Og, rey de Basán, era un poderoso e infame rey amorreo que en tiempos de Moisés luchó contra los israelitas en su camino hacia la Tierra Prometida. Dios concedió a los israelitas la victoria sobre las fuerzas del rey Og, y Moisés y los israelitas se apoderaron de Basán, una tierra fructífera al este del río Jordán. La victoria fue significativa debido a la temible fuerza de Og y la relativa inexperiencia de las fuerzas israelitas.
Antes del encuentro de los israelitas con Og, rey de Basán, hubo una batalla con otro rey amorreo, Sehón. Moisés había pedido a Sehón que permitiera a los israelitas atravesar su tierra -prometieron no apoderarse de ninguno de los recursos de los amorreos por el camino-, pero en lugar de conceder el permiso, Sehón reunió sus fuerzas y atacó a los israelitas. Dios permitió a Moisés y al pueblo de Israel derrotar a los amorreos y tomar su tierra (Números 21:21-31). Luego los israelitas se dirigieron hacia Basán, y el rey Og salió a enfrentarlos en Edrei (versículo 33). Los israelitas se asustaron porque la reputación de Og lo precedía. Pero Dios tranquilizó a Moisés, diciendo: "No le tengas miedo, porque en tu mano lo he entregado, a él y a todo su pueblo, y a su tierra" (versículo 34).
La batalla entre las fuerzas de Og y Moisés se describe con mayor detalle en el libro de Deuteronomio. Allí leemos que Og era rey sobre sesenta ciudades fortificadas, todas las cuales los israelitas capturaron (Deuteronomio 3:3-7). También era un hombre muy grande, su cama era de hierro y de enorme tamaño: nueve codos de largo y cuatro codos de ancho (mas de 4 metros de largo y casi 2 metros de ancho). La inclusión de este detalle enfatiza el tamaño de Og. Un hombre que necesita una cama de este tamaño probablemente era muy alto, de mas de 3 metros. Esta interpretación está respaldada por el hecho de que Og era uno de los últimos de los refaítas (Deuteronomio 3:11), lo que significa que era fuerte y alto (ver Deuteronomio 2:20–21).
Los refaítas (o refaim) eran un grupo de personas que vivían en Canaán y en otros lugares en tiempos de Moisés y Josué. La palabra refaítas no es un término étnico, sino más bien descriptivo; literalmente significa "terribles". Los refaim eran gigantes y feroces luchadores. Anteriormente, cuando los israelitas habían intentado entrar por primera vez a la Tierra Prometida, los espías informaron que la tierra estaba poblada por gigantes, a quienes llamaron "Nefilim" e "hijos de Anac" (Números 13:32-33).
Og, rey de Basán, era uno de los últimos de esta raza de gigantes. Goliat, el gigante que luchó contra David, probablemente era otro. Og y sus hijos perdieron todas sus vidas en su absurda oposición al pueblo de Dios (Números 21:35). A pesar del gran tamaño y fuerza del rey Og, Dios le dio la victoria al ejército de Israel, y poseyeron la tierra de Basán. La media tribu de Manasés heredó el territorio de Og (Josué 13:29-30). No hay obstáculo demasiado grande para Dios; no hay nada imposible para Él (Mateo 19:26). Dios no se estremece ante los gigantes, y tampoco deberían hacerlo sus hijos.