Pregunta: "¿Por qué es importante estudiar a los diferentes personajes de la Biblia?"
Respuesta:
La Biblia tiene muchos personajes, tanto en sentido literal como figurado. Probablemente la mejor manera de describir la forma en que la Biblia retrata a sus personajes es "humana", porque, en efecto, son humanos. La Biblia es verdadera, y las personas que habitan sus páginas eran personas auténticas con vidas reales, relaciones, alegrías y problemas reales, como los nuestros. La Biblia no se priva de presentar tanto los puntos fuertes como los débiles de aquellos que describe. Esto hace que las personas de la Biblia sean "prácticas" en el sentido de que podemos relacionarnos con ellas y educativas en cuanto a que podemos aprender de sus éxitos y fracasos.
Estudiar a los personajes de la Biblia no consiste únicamente en conocer los hechos históricos. En sus historias aprendemos sobre quién es Dios, reconocemos las características humanas y aprendemos con el ejemplo, ya sea a través de ejemplos positivos o de advertencias. Incluso en la sociedad actual reconocemos el poder de las historias para conocer la vida de nuestros contemporáneos y de nuestros antepasados. Puesto que "toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17), resulta beneficioso prestar atención a los personajes de la Biblia.
Por ejemplo, desde Adán y Eva vemos los peligros de cuestionar lo que Dios ha dicho y dudar de Su bondad. Vemos la inclinación a echar la culpa en lugar de admitir nuestro propio pecado. También vemos cómo gozar del perdón de Dios y de Su promesa de restauración. En la historia de Adán y Eva, vemos cómo Dios invita a las personas a entablar una relación y cuán misericordioso es.
Los patriarcas también nos brindan valiosos ejemplos. Abraham demuestra el valor de la fe. También vemos sus fracasos cuando miente y las consecuencias de intentar forzar los planes de Dios en vez de esperar en Él. En Jacob vemos que Dios es fiel a la hora de cumplir Sus promesas, incluso con aquellos que engañan. Vemos cómo nuestras tendencias pecaminosas pueden volverse contra nosotros y causarnos dolor. Somos advertidos contra el favoritismo y vemos sus efectos a gran escala.
En la historia de Moisés vemos que a veces podemos no comprender el tiempo de Dios o Sus métodos y tratar de llevar a cabo una misión correcta por nuestra cuenta, algo que no sale bien. Vemos cómo Dios nos prepara para lo que nos llama. También vemos la paciencia de Dios con nuestros miedos y dudas. Llegamos a comprender la importancia de seguir a Dios completamente y recordar que Él es santo.
De Rahab y Rut, vemos que Dios invita a todo tipo de personas a participar en Su plan, y no sólo a las de ascendencia judía. Vemos que Él es fiel a los que le siguen.
Los reyes de Israel tienen muchas lecciones que enseñarnos. En Saúl vemos la importancia de la obediencia y la humildad. En David vemos el perdón de Dios. Aprendemos que incluso cuando pecamos terriblemente, podemos acudir a Dios y recibir misericordia. Llegamos a comprender la importancia de invocar a Dios en cualquier situación. Vemos relaciones familiares complicadas y advertencias para cuidar a nuestras familias. En Salomón vemos el valor de la sabiduría, así como la insensatez al no aplicarla. Somos advertidos de los peligros de que otros alejen nuestro corazón de Dios. En Acab vemos cómo un liderazgo corrupto puede afectar a toda una nación. En Ezequías vemos los maravillosos resultados de la fe en Dios incluso en situaciones aparentemente imposibles.
En Elías, vemos que a veces podemos sentirnos solos. Percibimos el miedo y la depresión. También vemos la provisión de Dios y Su fidelidad. En otros profetas vemos que servir a Dios con frecuencia significa ser diferente o rechazado. Vemos sus profundas experiencias de dolor que Dios usó para que tuvieran compasión hacia aquellos a quienes Él les dijo que amonestaran. En esto, reconocemos que Dios tiene un corazón compasivo, y vemos Su paciencia, Su gracia, Su justicia y Su santidad. Vemos el valor de la obediencia y la importancia de la Palabra de Dios.
El Nuevo Testamento también está lleno de personajes de los que podemos aprender. En Pedro vemos su impulsividad, así como su liderazgo firme. María de Betania nos muestra el valor de sentarse a los pies de Jesús y que éste es merecedor de nuestra adoración. La vida de Pablo demuestra el poder transformador de Dios. Vemos que seguirle fervientemente puede provocar todo tipo de reacciones por parte de los demás, sufrimientos físicos, provisiones constantes y alegrías indescriptibles. Loida y Eunice demuestran el valor de la formación de los hijos y de su crianza en el Señor. La lista continúa. No importa tu personalidad y tus luchas, hay alguien en la Biblia con quien puedes relacionarte y de quien puedes aprender.
El apóstol Pablo escribió: "Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo" (1 Corintios 11:1). En última instancia, ese debe ser nuestro objetivo cuando estudiamos a los personajes bíblicos. Deberíamos imitar a los personajes bíblicos que fueron felices al seguir a Dios. Si fracasaron, debemos evitar cometer los mismos errores. "Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas...Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros...No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar" (1 Corintios 10:6-13).