Respuesta:
A diferencia de la pregunta "¿Existe Dios?", son relativamente pocas las personas que se preguntan si Jesucristo existió. La mayoría acepta que Jesús fue realmente un hombre que vivió en Israel hace 2.000 años. El debate comienza con la discusión sobre la plena identidad de Jesús. Casi todas las grandes religiones enseñan que Jesús fue un profeta o un buen maestro o un hombre piadoso. Sin embargo, la Biblia nos dice que Jesús fue infinitamente más que un profeta, un buen maestro o un hombre piadoso.
C. S. Lewis en su libro Cristianismo y nada más escribe lo siguiente: "Estoy intentando con esto prevenir el que alguien diga esa tontería que a menudo se dice de Él: “Estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un gran maestro moral, pero no acepto Su pretension de ser Dios”. Eso es precisamente lo que no debemos decir. Un hombre que fuera simplemente un hombre y dijera la clase de cosas que Jesús decía, no sería un gran maestro moral. O bien sería un lunático -al nivel de un hombre que dice que es un huevo pasado por agua- o bien sería el Diablo del infierno. Debes elegir. O este hombre era, y es, el Hijo de Dios, o bien un loco o algo peor. Pueden callarlo por loco, pueden escupirlo y matarlo como a un demonio; o pueden caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios. Pero no vengamos con tonterías condescendientes sobre que es un gran maestro humano. No nos ha dejado esa opción. No era su intención" (Macmillan, 1952, p. 55-56).
Entonces, ¿quién decía ser Jesús? ¿Quién dice la Biblia que es? En primer lugar, es Dios en carne y hueso. Jesús dijo en Juan 10:30: "Yo y el Padre uno somos". A primera vista, esto podría no parecer una afirmación de ser Dios. Sin embargo, fíjate en la reacción de los judíos ante Su afirmación. Intentaron apedrearlo "por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios" (Juan 10:33). Los judíos entendieron la declaración de Jesús como una pretensión de ser Dios. En los versículos siguientes, Jesús nunca corrige a los judíos ni intenta aclarar Su afirmación. Nunca dice: "No he afirmado ser Dios". Cuando Jesús dijo: "Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:30), realmente estaba afirmando ser igual a Dios.
En Juan 8:58 Jesús afirma la preexistencia, un atributo de Dios: "Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy". En respuesta a esta afirmación, los judíos volvieron a tomar piedras para apedrear a Jesús (Juan 8:59). Al afirmar Su preexistencia, Jesús se aplicó a sí mismo un nombre de Dios: YO SOY (ver Éxodo 3:14). Los judíos rechazaron la identidad de Jesús como Dios encarnado, pero entendieron exactamente lo que decía.
Otras pistas bíblicas de que Jesús es Dios encarnado son Juan 1:1, que dice: "El Verbo era Dios", junto con Juan 1:14, que dice: "aquel Verbo fue hecho carne". El discípulo Tomás declaró a Jesús: "Señor mío y Dios mío" (Juan 20:28), Jesús no le corrige. El apóstol Pablo describe a Jesús como "nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo" (Tito 2:13). El apóstol Pedro dice lo mismo, llamando a Jesús "nuestro Dios y Salvador" (2 Pedro 1:1).
Dios Padre también da testimonio de la identidad de Jesús: "Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino" (Hebreos 1:8; cf. Salmo 45:6). Profecías del Antiguo Testamento como Isaías 9:6 anuncian la deidad de Cristo: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz" (énfasis añadido).
¿Por qué es tan importante el tema de la identidad de Jesús? ¿Por qué importa si Jesús es Dios? Por varias razones:• Como indicó C. S. Lewis, si Jesús no es Dios, entonces Jesús es el peor de los mentirosos y no es digno de confianza en absoluto.
• Si Jesús no es Dios, entonces los apóstoles también habrían sido mentirosos.
• Jesús tenía que ser Dios porque se prometió que el Mesías sería el "Santo" (Salmo 16:5). Puesto que nadie en la tierra es justo ante Dios (Salmo 53:1; 143:2), Dios mismo tuvo que entrar en el mundo como un ser humano.
• Si Jesús no fuera Dios, Su muerte habría sido insuficiente para pagar la pena por los pecados de todo el mundo (1 Juan 2:2). Sólo Dios mismo podía ofrecer un sacrificio infinito y eternamente valioso (Romanos 5:8; 2 Corintios 5:21).
• Dios es el único Salvador (Oseas 13:4; cf. 1 Timoteo 2:3). Si Jesús ha de ser el Salvador, entonces debe ser Dios.
Jesús tenía que ser a la vez Dios y hombre. Como Dios, Jesús podía aplacar la ira de Dios. Como hombre, Jesús tenía la capacidad de morir. Como Dios-hombre, Jesús es el Mediador perfecto entre el cielo y la tierra (1 Timoteo 2:5). La salvación sólo es posible mediante la fe en Jesucristo. Como Él mismo proclamó: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6).