Respuesta:
El Rey Uzías en la Biblia fue uno de los buenos reyes de Judá. Su padre fue el Rey Amasías, y su madre fue una mujer llamada Jecolías, de Jerusalén. Uzías fue el padre del Rey Jotam. Durante el reinado de Uzías, los profetas Oseas, Isaías, Amós y Jonás estuvieron al servicio. Los reyes en el reino del norte de Israel durante su tiempo fueron Jeroboam II, Zacarías, Salum, Manahem, Pekaía, Peka y Oseas. Uzías también es llamado Azarías en 2 Reyes 14:21.
El Rey Uzías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar y reinó durante 52 años en Judá desde aproximadamente 790 a 739 a.C. "Uzías hizo lo recto ante los ojos del Señor, conforme a todo lo que su padre Amasías había hecho" (2 Crónicas 26:4). El Rey Uzías buscó al Señor "durante los días de Zacarías, quien tenía entendimiento por medio de la visión de Dios". Este Zacarías es con más probabilidad un profeta piadoso a quien Uzías escuchaba. Mientras Uzías buscaba a Dios, Dios le hizo prosperar (2 Crónicas 26:5). Desafortunadamente, después de la muerte de Zacarías, Uzías cometió algunos errores más adelante en su vida.
El Rey Uzías en la Biblia se muestra cómo un rey maravillosamente inteligente e innovador, bajo cuyo reinado el estado de Judá prosperó (2 Crónicas 26:6–15). Fue usado por Dios para derrotar a los filisteos y árabes (versículo 7), construyó torres fortificadas y fortaleció los ejércitos de Judá (versículos 9 y 14), y comisionó a hombres hábiles para crear dispositivos que podrían disparar flechas y grandes piedras a los enemigos desde las murallas de la ciudad (versículo 15). También construyó la tierra, y la Biblia dice que "amaba la tierra" (versículo 10). Los amonitas pagaron tributo al Rey Uzías, y su fama se extendió por todo el mundo antiguo, hasta la frontera de Egipto (versículos 8 y 15).
Desafortunadamente, la fama y la fuerza del Rey Uzías le llevaron a volverse orgulloso, lo que llevó a su caída (2 Crónicas 26:16). Cometió un acto infiel al entrar en el templo de Dios para quemar incienso en el altar. Quemar incienso en el altar era algo que solo los sacerdotes podían hacer. Al intentar hacer esto él mismo, Uzías decía básicamente que estaba por encima de seguir la Ley. No era una actitud humilde. Ochenta valientes sacerdotes, liderados por un sumo sacerdote llamado Azarías, intentaron detener al rey: "No le corresponde a usted, Uzías, quemar incienso al Señor, sino a los sacerdotes, hijos de Aarón, que son consagrados para quemar incienso. Salga del santuario, porque usted ha sido infiel y no recibirá honra del Señor Dios" (2 Crónicas 26:18). Uzías se enfureció con los sacerdotes que se atrevieron a enfrentarlo. Pero, "mientras estaba enojado contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes en la casa del Señor, junto al altar del incienso" (versículo 19). Uzías huyó del templo en miedo, porque Dios le había herido (versículo 20). Desde ese día hasta el día de su muerte, el Rey Uzías fue un leproso. Vivió en un palacio separado y no se le permitió entrar al templo del Señor. Su hijo, Jotam, gobernó al pueblo en su lugar.
El Rey Uzías también se menciona en el libro de Mateo como uno de los antepasados de José, el padre legal de Jesús (Mateo 1:8–9).
