Pregunta: ¿Qué podemos aprender de la lealtad de Rut hacia Noemí?
Respuesta:
Podemos aprender mucho de la relación entre Rut y Noemí, siendo la lealtad una de las lecciones. Rut era la nuera moabita de una judía llamada Noemí. Ambas vivían en Moab cuando sus esposos murieron. Noemí planeaba volver a Israel y animó a Rut a quedarse en Moab y regresar a la familia de su madre. No habría nada para Rut en Judá, le dijo Noemí.
En lugar de hacer caso al consejo de Noemí, Rut le suplicó que le permitiera emigrar a Judá. La declaración de fidelidad de Rut es conmovedora: ""No insistas en que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, yo iré, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú mueras, allí moriré, y allí seré sepultada. Así haga el Señor conmigo, y aún peor, si algo, excepto la muerte, nos separa"" (Rut 1:16-17 − NBLA). Estas hermosas palabras de compromiso, que a veces se incluyen en los votos matrimoniales, muestran la profunda lealtad de Rut hacia Noemí.
Rut y Noemí eran familia. Habían vivido de cerca durante algún tiempo debido al matrimonio de Rut con el hijo de Noemí. Rut y Noemí ya habían desarrollado una fuerte relación antes de que Rut decidiera ir a Israel con su suegra. Según Rut 2:11, Rut "dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes". Rut se preocupaba lo suficiente por Noemí como para abandonar su tierra natal y ayudar a mantener a Noemí sin ninguna garantía de seguridad para sí misma.
Rut expresó su lealtad a Noemí en un solemne voto, pidiendo un juicio contra ella misma si alguna vez la dejaba (Rut 1:17). Rut también se comprometió a seguir al Dios de Noemí (Rut 1:16). Abandonaría a los dioses de Moab, y tanto Rut como Noemí se comprometerían al único verdadero Dios de Israel. De manera significativa, cuando Rut dijo, "Así haga el Señor conmigo, y aún peor, si algo, excepto la muerte, nos separa" (versículo 17 − NBLA), ella utiliza el nombre del pacto, Yavé. Noemí estaba convencida de que Rut hablaba en serio: "Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más" (Rut 1:18). Una vez tomada la decisión de Rut, Rut y Noemí partieron juntas hacia Belén.
La historia de Rut y Noemí contrasta con la de Orfa y Noemí. Orfa era cuñada de Rut, ya que estaba casada con otro de los hijos de Noemí. Cuando Noemí se despidió de sus nueras, "Orfa besó a su suegra" (Rut 1:16) y regresó a su familia. Noemí trató de usar la partida de Orfa como incentivo para que Rut también se quedara en Moab: "He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella" (Rut 1:15). Pero Rut eligió el camino de la lealtad a su suegra, incluso si eso significaba renunciar a todo lo que estaba acostumbrada en Moab.
La historia de Rut y Noemí muestra lo que es verdadera lealtad. Además de lealtad, Rut demostró respeto, amor, amistad y humildad. Así como Rut eligió la lealtad a Noemí y al Dios de Noemí, así nosotros deberíamos escoger la lealtad a Dios y al pueblo de Dios por encima de cualquier compromiso con el mundo. "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33). La lealtad de Rut fue seguida por la provisión de muchas bendiciones (ver Rut 4).
La historia de Rut y Noemí es importante, no solo por la lealtad que Rut demostró, sino porque revela la soberanía de Dios. En Belén, el Señor permitió a Rut volver a casarse y dar a luz a un hijo llamado Obed, quien se convirtió en el abuelo del rey David. A pesar de que Rut no era judía, sino extranjera, Dios obró a través de su vida para cambiar la historia del mundo.