Respuesta:
El arrianismo lleva el nombre de Arrio, un maestro del siglo IV d.C. Un importante debate entre los primeros cristianos fue el tema de la divinidad de Cristo. ¿Era Jesús verdaderamente Dios hecho carne, o fue Jesús un ser creado? Arrio sostenía que Jesús fue creado por Dios como el primer acto de la creación, que Jesús era la joya de la corona de toda la creación. El arrianismo sostiene que Jesús es un ser creado con algunos atributos divinos, pero no es eterno. Jesús, según Arrio, es inferior al Padre y posee una esencia y naturaleza diferentes a las de Dios. Además, hubo un tiempo en que Dios no era el Padre, es decir, antes de que el Hijo fuera creado.
El Semi-Arianismo fue una posición adoptada por algunos cristianos del siglo IV. El Semi-Arianismo suavizó un poco las enseñanzas del Arrianismo al admitir que el Hijo era "de sustancia similar" (homoiousious) al Padre, al tiempo que rechazaba que fuera "de la misma sustancia" (homoousious). La importancia de este debate se refiere tanto a la naturaleza de Jesús como a la doctrina de la Trinidad. ¿Es Jesús Dios eterno? ¿Son Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu todos ellos identificados como el único Dios? Las respuestas a estas preguntas determinan a quién debemos orar y ofrecer culto.
El Semi-Arianismo trató de tomar una posición intermedia en cuanto al Arrianismo, pero aun así no logró proporcionar la correcta perspectiva bíblica sobre la naturaleza de Jesucristo. Una esencia "similar" sigue siendo una esencia "diferente". En la Biblia, Jesús se presenta como completamente humano y completamente divino. Si es completamente divino, entonces también es eterno y no puede ser un ser creado por Dios Padre. La naturaleza de Jesús no es simplemente "similar" a la del Padre; Él comparte la exacta naturaleza del Padre (Juan 10:30; Colosenses 2:9).
El Semi-Arianismo no es un compromiso teológicamente sólido entre la posición de Arrio y la ortodoxia. En el tema de la divinidad de Jesús, no existe un verdadero compromiso. O Jesús fue creado, o no lo fue; Él es Dios en la carne, o no lo es. El Concilio de Nicea en el año 325 d.C. rechazó tanto el Arrianismo como el Semi-Arianismo como herejía.
Sin embargo, en las décadas posteriores a Nicea, el Semi-Arianismo continuó prosperando, contando con el apoyo de la mayoría de los obispos y del emperador Constancio II. Al obispo ortodoxo Atanasio se le forzó al exilio. No fue sino hasta después del Concilio de Constantinopla en 381, que respaldó el Credo de Nicea, y el trabajo de los Padres Capadocios que el Arrianismo finalmente perdió influencia en la iglesia. Hoy en día, el Semi-Arianismo perdura en la enseñanza mormona de que Jesús es un hijo real de Dios Padre y, por lo tanto, es un ser creado.
Juan 1:18 dice: "A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer". Este versículo, con su clara afirmación de que Cristo “es Dios mismo”, refuta la visión arriana (que el Hijo es de una sustancia diferente a la del Padre) y la semi-arriana (que el Hijo es sólo “similar” en sustancia al Padre). El Hijo hace al Padre conocido para nosotros. Si el Semi-Arianismo fuera verdad, entonces el Padre seguiría siendo un misterio, porque un Hijo que es diferente a su Padre no sería capaz de revelar completamente al Padre.
