Respuesta:
Hay un total de 18 hombres en la Biblia con el nombre de Simei, todos israelitas y todos encontrados en el Antiguo Testamento. Algunos Simei simplemente son mencionados por su nombre en las genealogías, algunos son señalados por su pecado de casarse con otras culturas, y algunos se mencionan debido a su relación con otros personajes famosos de la Biblia (como Saúl, David y Ester). Puedes encontrar a algunos de ellos en los siguientes pasajes: 2 Samuel 21:21; 1 Reyes 1:8; 1 Crónicas 3:19; 4:26-27; 5:4; 6:29.
Entre todos estos hombres llamados Simei, hay dos que son especialmente notables. El primero es Simei hijo de Gersón (uno de los hijos de Leví). Este Simei era el jefe de uno de los clanes israelitas que fueron sacados de la esclavitud en Egipto y era el padre de los Simeitas (ver Números 3:21; cf. Zacarías 12:13). El clan de Simei estuvo entre aquellos que estaban encargados del "el tabernáculo, la tienda y su cubierta, la cortina de la puerta del tabernáculo de reunión, las cortinas del atrio, y la cortina de la puerta del atrio, que está junto al tabernáculo y junto al altar alrededor; asimismo sus cuerdas para todo su servicio" (Números 3:25-26). Muchos años después, un descendiente de Simei el gersonita, un hombre llamado Asaf, se convirtió en el líder de la música del rey David (1 Crónicas 6:39–43) y escribió muchos salmos (p. ej., Salmo 73).
El otro Simei que se destaca en la Biblia es Simei hijo de Gera, quien era parte del clan del rey Saúl. Cuando el rey David se vio obligado a huir de su hijo Absalón, que codiciaba el trono de su padre, Simei se encontró con el rey en el camino: "Y vino el rey David hasta Bahurim; y he aquí salía uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se llamaba Simei hijo de Gera; y salía maldiciendo, y arrojando piedras contra David, y contra todos los siervos del rey David; y todo el pueblo y todos los hombres valientes estaban a su derecha y a su izquierda" (2 Samuel 16:5–6). Simei culpó a David por la muerte del rey Saúl durante una batalla con los filisteos. De hecho, Saúl había caído sobre su propia espada para escapar de la captura del enemigo (ver 1 Crónicas 10:1–4); sin embargo, Simei acusó a David de asesinato y anunció que esta era la razón por la cual Absalón estaba tomando el reino.
Los hombres de David querían matar a Simei en ese mismo lugar, pero David, en su desesperación, creía que el Señor había enviado a Simei para maldecirlo (2 Samuel 16:11–12), y se negó a permitir que sus hombres mataran a Simei. David y su grupo retomaron su viaje y Simei continuó siguiéndolos, maldiciéndolos y arrojándoles piedras y tierra (versículo 13).
Finalmente, se acabó la rebelión de Absalón, Absalón murió y el rey David fue restaurado a su trono. Simei sabía que ahora se encontraba en terreno inseguro, por lo que reunió con él a más de mil benjamitas y fue a encontrarse con David (2 Samuel 19:16–17). Cayendo sobre su rostro, Simei se disculpó por su comportamiento pasado y rogó al rey que no se lo tuviera en cuenta (versículos 18–20). Una vez más, los hombres del rey David pidieron matar a Simei, pero David se negó nuevamente y le juró a Simei que no lo mataría.
Parece que Simei era un hombre completamente despreciable, sin embargo, y que persistió en su oposición a David. En su lecho de muerte, David encargó a Salomón la tarea de ejecutar a Simei: "Pero ahora no lo absolverás; pues hombre sabio eres, y sabes cómo debes hacer con él; y harás descender sus canas con sangre al Seol" (1 Reyes 2:9). La única razón por la que Simei seguía vivo era que David estaba honrando su juramento. Salomón mostró misericordia a Simei, dándole una última oportunidad: mientras Simei permaneciera en Jerusalén, viviría (versículos 36–37). Simei aceptó el pacto, pero tres años después abandonó la ciudad. Cuando el rey Salomón se enteró, llamó a Simei y le dijo: "Tú sabes todo el mal que hiciste a mi padre David, que tú reconoces en tu corazón; el Señor, pues, hará recaer tu mal sobre tu propia cabeza" (versículo 44 − NBLA). Simei fue ejecutado (versículo 46).