Pregunta: ¿Cuál es la postura cristiana ante el Tai Chi?
Respuesta:
El Tai Chi recibe el nombre más específico de Tai Chi Chuan, que puede traducirse como "puño supremo definitivo". El Tai Chi es un arte marcial, aunque a menudo se le llama "meditación en movimiento", ya que los movimientos se realizan de manera lenta y deliberada, y se enseña más como una práctica meditativa y para mejorar la salud que como arte marcial. Aunque sus orígenes no se conocen con certeza, la base del Tai Chi es la creencia taoísta en una energía universal llamada chi (también conocida como 'qi' en chino mandarín o 'ki' en japonés). Se cree que el chi es la fuerza vital que une el universo, que existe tanto externa como internamente y se mueve por canales invisibles del cuerpo llamados meridianos.
El taoísmo enseña que fortalecer y reforzar el chi interno traerá buena salud y larga vida, así como beneficios espirituales. Se enseñan ciertas técnicas de respiración, meditaciones y movimientos corporales para cultivar y mejorar el chi. Esta creencia es la base del Tai Chi. No hay un Dios supremo o Creador en el taoísmo; todo se originó del Tao, que es un principio o fuente de creación impersonal.
Del Tao surgieron el yin y el yang, dos fuerzas que se manifestaron en la creación. Estas fuerzas parecen opuestas, pero en realidad están en un estado de constante flujo, fusionándose entre sí. El chi fluye más armoniosamente cuando el yin y el yang están equilibrados; este equilibrio se logra a través de dietas especiales, hierbas, ejercicios, técnicas de respiración y movimientos corporales. Por lo tanto, el Tai Chi tiene una cosmovisión opuesta a la cosmovisión cristiana. El Tai Chi se basa en una visión espiritual taoísta del cuerpo y del chi, y en cómo mejorar el chi, una visión incompatible con la forma en que la Biblia nos dice que fuimos creados: a imagen de Dios (Génesis 1:27).
Jesucristo creó y mantiene unido al mundo, no el Tao o una fuerza invisible llamada chi: "Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten" (Colosenses 1:16-17). Practicar Tai Chi, incluso por razones físicas, es rendir homenaje a un sistema de creencias espirituales en desacuerdo con la Palabra de Dios.