Pregunta: ¿Qué es la adoración de Taizé y es bíblica?
Respuesta:
Taizé es una comunidad monástica ubicada en Taizé, Francia, fundada en la década de 1940 por un suizo llamado Roger Louis Schütz-Marsauche, conocido familiarmente como Hermano Roger. Los "hermanos" de Taizé han hecho votos de celibato y están comprometidos con una vida de simplicidad, servicio y comunidad. Existe un énfasis ecuménico en Taizé, como se expresa en su sitio web oficial, que dice que la comunidad "quiere que su vida sea un signo de reconciliación entre cristianos divididos y entre pueblos separados". El hermano Roger estaba especialmente ansioso por unir a católicos y protestantes.
Las prácticas de adoración contemplativa de la comunidad de Taizé se promueven en una conferencia internacional anual. La adoración de Taizé se está incorporando en una amplia variedad de iglesias, protestantes y católicas, y su patrón de devoción se imita en otras comunidades monásticas alrededor del mundo.
Un servicio de adoración de Taizé implica oraciones cantadas y entonadas, meditación, un período de silencio, lecturas litúrgicas e íconos. No hay predicación. El estilo de oración practicado en Taizé ha atraído a muchos adoradores de todo el mundo y de muchas denominaciones diferentes. Las oraciones consisten en "cánticos cortos, repetidos una y otra vez", según una introducción en un cancionero de Taizé. "Las palabras se cantan muchas veces".
Hay varios problemas con el estilo de adoración de Taizé. La adoración contemplativa, en general, busca una experiencia espiritual subjetiva aparte de la verdad objetiva de la Palabra de Dios. Además, Jesús específicamente prohibió la oración repetitiva (Mateo 6:7), y las oraciones de Taizé son deliberadamente repetitivas. También son problemáticos el uso de íconos y la naturaleza ecuménica del movimiento.
En resumen, un servicio de adoración de Taizé es un intento no bíblico de conectarse con Dios. La Escritura dice que la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios (Romanos 10:17), sin embargo, el modelo de Taizé prescinde de la predicación. Más bien, se basa en imágenes idolátricas, cantos repetitivos y experiencias místicas para generar una sensación de unidad y paz.