Pregunta: ¿Cuál era el significado de la vara de Aarón?
Respuesta:
La vara o cayado de Aarón desempeñó un papel importante en el plan de Dios para sacar a los israelitas de Egipto y conducirlos a la Tierra Prometida. En la antigua cultura israelita, una vara era símbolo de autoridad. Los pastores utilizaban varas para guiar y corregir a sus rebaños (Salmo 23:4). Cuando Dios llamó al pastor Moisés para que sacara a los israelitas de Egipto, demostró Su poder realizando milagros con la vara de Moisés (Éxodo 4:1-5; Números 20:11). Dios también escogió al hermano de Moisés, Aarón, para que realizara milagros con su propia vara (Éxodo 7:19; 8:5, 16).
La vara de Aarón fue la que se convirtió en serpiente en la corte del faraón; cuando los magos egipcios también convirtieron sus varas en serpientes, la serpiente que había sido la vara de Aarón se tragó las de ellos (Éxodo 7:8-10). Fue la vara de Aarón la que Dios utilizó para convertir el agua de Egipto en sangre (Éxodo 7:19-21). Y fue la vara de Aarón la que convocó las plagas de las ranas (Éxodo 8:5-6) y los mosquitos (versículos 16-17). Después de que Moisés y Aarón sacaran a los israelitas del cautiverio, Dios apartó a Aarón y a sus hijos como sacerdotes (Éxodo 28:1; Números 18:1). El resto de los levitas debían servir al Señor en el tabernáculo, ofrecer sacrificios y escuchar a Dios por el bien de toda la nación.
La historia más famosa de la vara de Aarón comienza con el descontento de unos cuantos levitas por la autoridad adicional otorgada a Moisés y Aarón. En Números 16, Coré, que también era levita, se unió a otros dos, Datán y Abiram, para incitar a una rebelión contra Moisés y Aarón. En el versículo 3, Coré le dice a Moisés: "¡Basta ya de ustedes! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y el Señor está en medio de ellos. ¿Por qué, entonces, ustedes se levantan por encima de la asamblea del Señor?" (NBLA). A causa de este desafío a la autoridad del Señor, Dios hizo que la tierra se abriera y se tragara a estos tres hombres y a sus familias (versículos 28-33).
Sin embargo, en lugar de someterse al Señor, los demás líderes de las tribus se unieron a la revuelta. Números 16:41 dice: "Pero al día siguiente, toda la congregación de los israelitas murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: "Ustedes son los que han sido la causa de la muerte del pueblo del Señor"" (NBLA). El Señor deseaba aniquilar a toda la multitud, pero Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros y le suplicaron que no los destruyera. Dios cedió y, en su lugar, envió una plaga a todo el grupo del rebelde Israel; la plaga mató a 14.700 de ellos (versículo 49).
Para poner fin a los disturbios, Dios volvió a utilizar la vara de Aarón para hacer un milagro. Dios le ordenó a Moisés que hiciera que el jefe de cada tribu de Israel trajera su vara o bastón a la tienda de reunión, y que la vara de Aarón representara a la tribu de Leví. Cada uno de los doce líderes debía tener su nombre inscrito en su vara. El Señor dijo a Moisés: "Y florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros" (Números 17:5). Dejaron sus varas ante el Señor, y por la mañana "la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras" (versículo 8). La vara de Aarón no solo echó brotes; produjo flores y frutos, una clara demostración del poder de Aquel que da la vida. El versículo 10 dice: "Pero el Señor dijo a Moisés: "Vuelve a poner la vara de Aarón delante del testimonio para guardarla por señal a los rebeldes, para que hagas cesar sus murmuraciones contra Mí, y no mueran"" (NBLA).
Hebreos 9:4 nos dice que la vara de Aarón permaneció en el Arca del Pacto como testimonio de la elección de Dios de Aarón y Moisés para dirigir a Su pueblo. La vara de Aarón era también un recordatorio de que Dios no tolera la rebelión contra Sí mismo ni contra Sus representantes escogidos en la tierra (1 Corintios 10:10). Los que murmuran, se quejan y causan divisiones en el Cuerpo de Cristo deben ser reprendidos (Santiago 5:9; 1 Timoteo 5:20; 2 Timoteo 2:23). Los planes de Dios en esta tierra van mucho más allá de cualquier ser humano. Él desea que trabajemos juntos, unánimes, para obedecerle y reflejar Su gloria.
