Pregunta: "¿Qué dice la Biblia sobre el abuso sexual a menores?"
Respuesta:
El abuso sexual contra un niño es una realidad deplorable de la vida en un mundo afectado por el pecado. Los daños psicológicos, emocionales, espirituales y físicos del abuso permanecen mucho tiempo después de que el abuso haya terminado. La Biblia habla con firmeza contra el daño a los niños y contra los pecados y perversiones sexuales de todo tipo. También ofrece esperanza para la sanidad y el perdón.
¿Por qué se produce el abuso sexual infantil?
La respuesta breve al "por qué" ocurre el abuso es que vivimos en un mundo manchado por el pecado. A menudo, los que abusan de los niños han sido ellos mismos abusados. También pueden haber sido heridos de alguna otra manera y eligen victimizar a los niños en un intento de recuperar un sentido de poder o dignidad. Muchas veces, el abuso sexual es un intento erróneo para encontrar intimidad. Sea cual sea la historia emocional, familiar o psicológica del agresor, el abuso sexual es un acto perverso.
El acoso o el abuso sexual NUNCA es culpa del niño abusado. Muchas víctimas de abusos experimentan vergüenza y culpa. Sin embargo, no se puede responsabilizar a los niños de los crímenes que se cometen contra ellos. Esto no quiere decir que las víctimas de abusos estén absueltas de la responsabilidad de sus propios actos, ni siquiera de aquellos provocados por las cicatrices del abuso. No obstante, no hay nada vergonzoso en haber sido abusado. La vergüenza le pertenece sólo al abusador.
¿Qué dice la Biblia sobre el abuso sexual contra los niños?
En la Biblia se hace referencia al cuidado de los niños. Por ejemplo, Santiago 1:27 dice que el cuidado de los niños necesitados agrada a Dios: "La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo". Efesios 6:4 dice: "Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor". El Salmo 127:3 llama a los niños "una herencia del Señor". Las conversaciones de Jesús con los niños (sobre todo en Mateo 18) demuestran el valor que Dios les otorga. También la Biblia menciona con frecuencia el cuidado de los débiles, los pobres y los necesitados, y esto incluye a los niños en riesgo (Proverbios 14:31; 17:5; 19:17; 31:8-9). Los discípulos de Cristo son llamados siempre a amar a los demás. Maltratar a un niño no se puede confundir con el amor.
La Biblia también habla enérgicamente contra el pecado sexual. El sexo es un don dado por Dios para el matrimonio. La perversión sexual de todo tipo se condena firmemente. Agredir sexualmente a un niño nunca es justificable; es siempre un error.
¿Cómo me puedo sanar de un abuso sexual?
Si tú o alguien que conoces está siendo abusado, o sospechas de abuso, debes ponerte en contacto con las autoridades correspondientes. Si has sido víctima de abusos en tu infancia y sospechas que tu agresor sigue haciendo daño a otras personas, no dudes en denunciarlo. Probablemente sea necesaria la intervención médica, legal y psicológica. Nunca se debe dejar a los niños en situaciones de abuso. Infórmate en la oficina de servicios humanos de tu localidad sobre los procedimientos para denunciar.
Hay esperanza y sanidad en Cristo, incluso para aquellos que han sido abusados sexualmente cuando eran niños. Este proceso de sanidad será diferente para cada persona. Empieza por reconocer el abuso y el daño que este ha causado. La sanidad continúa a medida que la persona abusada aprende a confiar en Jesús y a entregarle el dolor. El camino es largo y requiere de personas de confianza, tales como un consejero, un pastor y familiares amorosos.
Jesús, nuestro Salvador, dijo que Él es el cumplimiento de esta profecía: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor" (Lucas 4:18-19). Me ha enviado a proclamar la libertad de los presos y la vista de los ciegos, a liberar a los oprimidos, a proclamar el año de gracia del Señor" (Lucas 4:18-19). Medita en esas palabras.
El Salmo 72:12-14 anima a los que sufren para que invoquen al Señor: "Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres. De engaño y de violencia redimirá sus almas, y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos" (ver también Salmo 22:24 y Salmo 34:18). I Se necesita fe para creer que Dios ve y que se preocupa. Tomará tiempo para llegar a un lugar de aceptación e incluso de perdón para la persona que ha abusado de nosotros, así como la gracia de Dios y todo nuestro esfuerzo. No obstante, esto es posible. En Jesús hay sanidad y libertad. Clama a Dios en tu angustia.
¿Puedo recibir el perdón si he abusado sexualmente de un niño?
Sí. Dios es clemente y misericordioso. Ningún pecado está fuera de Su capacidad de perdonar (ver Romanos 5:20). Jesús vino a limpiar todo pecado: "De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados" (Marcos 3:28). Cuando reconocemos nuestro pecado, nos apartamos de él y clamamos a Dios, Él nos perdona. Normalmente, los maltratadores han sido ellos mismos maltratados. Además del perdón de Dios, necesitan ayuda profesional para frenar sus comportamientos, sanar sus propias heridas del pasado y buscar el perdón de aquellos a los que han herido.
El abuso de menores es una triste realidad, pero no está más allá de la capacidad de Dios para superarlo. Dios puede redimir y restaurar. Alabamos a Aquel "que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros" (Efesios 3:20). La frase "más de lo que pedimos o entendemos" incluye la sanidad y el perdón.
