Pregunta: "¿Cómo debería reaccionar un cristiano frente a las evidencias de la actividad paranormal?"
Respuesta:
La palabra paranormal se puede definir como "la aparición o percepción de un acontecimiento sin explicación científica, u otros fenómenos supuestamente sobrenaturales". La actividad paranormal no sólo incluye a los fantasmas, los espíritus y la actividad demoníaca, sino también otros fenómenos inexplicables que incluyen objetos voladores no identificados (OVNIS) y la percepción extrasensorial (PES), por mencionar algunos. Con la gran cantidad de películas y series de televisión que, de una u otra manera, convierten la actividad paranormal en un espectáculo atractivo, es obvio que muchos están fascinados con este mundo. Entonces, ¿cómo debemos responder los cristianos cuando leemos sobre supuestas apariciones y otros casos paranormales?
Un error muy común es pensar que los espíritus no encarnados pueden quedarse en la tierra o regresar para "perseguirnos" o interactuar con nosotros. Sin embargo, nada en la Biblia respalda esta idea. Por el contrario, "está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27). Pero la Biblia deja muy en claro que existen seres espirituales, ángeles y demonios, que actúan en el reino celestial. Los ángeles sirven a Dios. Son espíritus ministradores enviados por Dios para servir "a favor de los que serán herederos de la salvación" (Hebreos 1:14). Por otro lado, los demonios son ángeles caídos bajo el control de Satanás, y recorren la tierra buscando destruir a los hijos de Dios (1 Pedro 5:8). Son astutos y sabios y conocen muy bien nuestras debilidades y nuestra tendencia a desear lo que satisface nuestra carne. Lo peor de todo es que pueden hacerse pasar por "ángeles de luz" o por "ministros de justicia" (2 Corintios 11:14-15). Con respecto a la magnitud de la "operación" terrenal de Satanás, el apóstol Juan nos recuerda que el "mundo entero" está bajo su control (1 Juan 5:19).
No obstante, algunas de las actividades paranormales que leemos en la actualidad podrían ser bromas dirigidas a un público que está demasiado ansioso para creer. Algunas veces, personas con buenas intenciones pueden equivocarse de forma inocente sobre lo que creen haber visto o experimentado. Es probable que haya una explicación lógica para mucho de lo que se hace pasar por "actividad paranormal". Sin embargo, si existe una verdadera actividad espiritual maligna, ésta debe ser obra de los demonios. De todas maneras, cada vez que los cristianos leemos u oímos hablar de esta actividad, no tenemos que sentirnos impresionados o atraídos por ella; por el contrario, debemos utilizarla como un claro recordatorio de la batalla espiritual de la vida cristiana y del enemigo contra el que luchamos. "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12).
Sin duda, a muchos les interesan las historias de fantasmas y fenómenos sobrenaturales. No obstante, si el enojo puede darle al diablo un "punto de apoyo" en nuestras vidas (Efesios 4:27), ¿cuánto más la fascinación por las "fuerzas oscuras" de este mundo que él controla? Jesús vino a la tierra para destruir la obra del diablo (1 Juan 3:8), y Su muerte fue necesaria para poder lograrlo. Nuestra actitud ante la actividad paranormal, al menos en lo que se refiere a cualquier tipo de actividad demoníaca, es la de recordar la maldad del mundo que llevó al gran sacrificio de nuestro Salvador. Además de eso, como cristianos debemos evitar todo contacto con lo paranormal.