Pregunta: ¿Cómo podemos estar arraigados y cimentados en el amor (Efesios 3:17)?
Respuesta:
Después de explicar a los creyentes de Éfeso la maravillosa vida nueva que Dios les ha dado por gracia mediante la fe en Jesucristo (Efesios 1:1-3:13), Pablo agrega que ora por ellos (Efesios 3:14). Parte de la oración de Pablo incluye la afirmación de que están arraigados y cimentados en el amor (Efesios 3:17).
Parte de la oración de Pablo es esta "para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios" (Efesios 3:17-19).
Pablo cuenta cómo ora por los efesios al Dios creador de toda la humanidad, Aquel de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra (Efesios 3:15). Este Dios tiene el poder de satisfacer una petición de oración, por lo que Pablo hace hincapié en que no se trata de una oración vacía, ni se ofrece a alguien que no puede conceder la petición. Este tiene riquezas y gloria, otra prueba de que Dios tiene poder para responder a la oración (Efesios 3:16a). Pablo le pide a este Gran Ser que les conceda a los creyentes efesios "ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu" (Efesios 3:16). Pablo entendía que Dios ha dado Su Espíritu Santo a toda persona que ha creído en Jesucristo (Efesios 1:13-14), y entendía que el poder de Dios en la vida de una persona vendría a través de ese Espíritu Santo en su interior (ver 1 Corintios 12:7). Pablo pide que los creyentes sean fortalecidos en su interior por el Espíritu que habita en ellos.
Pablo también reconoció que la fortaleza que estaba pidiendo viene a través de conocer mejor a Cristo y Su amor (Efesios 3:19). No está pidiendo que Dios haga algo místico o milagroso, sino que les permita comprender realmente las cosas de Dios y de Cristo que ya les habían sido reveladas. Pablo pide a Dios que sean fortalecidos en este conocimiento, pero reconoce que ya han sido arraigados y cimentados en el amor (Efesios 3:17).
Como ya ha explicado Pablo, especialmente en Efesios 1:4-14, esto de estar arraigados y cimentados en el amor era algo que Dios ya había realizado para los efesios (y para todos los creyentes). Como indican los verbos errizomenoi ("estar arraigados") y tethemeliomenoi ("estar cimentados") en Efesios 3:17 y el uso del participio perfecto pasivo de ambos, Dios mismo ha hecho posible que estemos arraigados y cimentados en el amor. Puesto que estamos arraigados y cimentados en el amor, y tenemos esta increíble vida nueva por gracia mediante la fe (Efesios 2:8-9), Cristo puede estar en casa en nuestros corazones mediante la fe (Efesios 3:17a).
Sin embargo, existe cierta responsabilidad de nuestra parte, ya que Pablo exhorta a que dejemos que la palabra de Cristo more abundantemente en nosotros: debemos buscar activamente la comunión con Él a través de Su palabra. Cristo ya habita en nosotros (a través de Su Espíritu Santo), y debemos permitirle que se sienta en casa en nosotros. Uno de los resultados de esta clase de crecimiento y maduración es que podemos ser capaces de comprender cuán grande es Su amor -tan grande, de hecho, que va más allá de ser conocido, aunque Pablo ora para que lo conozcamos verdaderamente (Efesios 3:18-19).
Puesto que Dios nos ha arraigado y cimentado en Su amor, podemos vivir en relación y comunión con Él, conociendo cada día mejor Su asombroso amor. Eso es lo que Pablo ora por los efesios, y esa es la riqueza de nuestra herencia en Dios, ya que Él también nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (Efesios 1:3). Una de esas grandes bendiciones es el hecho de que Dios nos ha arraigado y cimentado en Su amor.