Respuesta:
La autorrealización es un término común, pero difícil de definir con precisión. En esencia, convertirse en "autorrealizado" es alcanzar el máximo potencial. El concepto y el término no se originaron con el psicólogo Abraham Maslow, pero es más a menudo asociado con su "Jerarquía de Necesidades". Karl Goldstein, terapeuta de la gestalt, generalmente se atribuye la discusión inicial sobre la autorrealización. La autorrealización también es un concepto común en la terapia centrada en la persona y otros enfoques humanistas de la psicología.
Las psicologías humanistas generalmente sostienen que, dadas las condiciones correctas, los humanos crecerán de manera positiva. La autorrealización se considera la realización de ese crecimiento. Se dice que las personas que son autorrealizadas son más verdaderamente "ellas mismas" y están viviendo su máximo potencial. Maslow habló de que los autorrealizados tienen características como mantener una firme comprensión de la realidad; aceptar a uno mismo y a los demás tal como son; poseer autenticidad, objetividad, creatividad, espontaneidad y sentido del humor; no ser influenciados por la opinión popular; y tener la capacidad de soledad, apreciación por la vida, relaciones profundas con pocos y una fuerte moralidad. En resumen, una persona “autorrealizada” es segura de sí misma e independiente, pero también consciente de los demás. Como los humanistas creen que las personas son buenas en su núcleo, tiene sentido que Maslow vea a una persona autorrealizada como alguien con características positivas: el verdadero tú es un buen tú. Es interesante notar que su versión de la autorrealización tiene como objetivo llevar a las personas al desinterés.
Desde una perspectiva bíblica, hay muchos problemas asociados con el concepto de autorrealización, que puede ser comparado con la santificación, pero carece de Dios y por ende no funcionará. Los humanos no son inherentemente buenos, por lo que el verdadero tú no va a ser un buen tú. Tampoco somos naturalmente inclinados a crecer en formas que nos hagan desinteresados (Jeremías 17:9; Salmos 51:5; Romanos 3:10-18, 23; Efesios 2:1-10). La enseñanza de la autorrealización insinúa la realidad de que somos hechos a imagen de Dios y que Él nos ha diseñado con un propósito específico en mente (Génesis 1:27; Efesios 2:10). Tenemos potencial en el sentido de que Dios quiere transformarnos para ser más como Él (2 Corintios 3:18; 5:17; Efesios 4:20-24). Pero, de nuevo, el proceso requiere a Dios. Dios quiere que "sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo" (Efesios 4:15; cf. 2 Pedro 3:18). No nos volvemos más plenamente "nosotros mismos" o alcanzamos nuestro máximo potencial mediante un esfuerzo propio. Más bien, nos volvemos quienes Dios diseñó que fuéramos siguiéndolo y cediendo al Espíritu Santo (Filipenses 1:6; Gálatas 5:16).
Hay algunas dificultades con el concepto de autorrealización desde una perspectiva académica también. Como no está bien definido, la autorrealización es extremadamente difícil de estudiar o probar empíricamente. Además, las descripciones de Maslow de una persona autorrealizada presuponen un valor moral, pero no hay base para tal moralidad sin Dios. ¿Quién dice que el pleno potencial humano o la autorrealización implican cosas como la creatividad o la disposición a distinguirse del grupo? ¿Qué determina que esas cosas valen la pena perseguir o son "buenas"? ¿Quién dice que ese "potencial" es inherente a todos los humanos?
La autorrealización es un concepto interesante y un objetivo aparentemente universal. En sí mismo, el concepto no es bíblico o particularmente útil. Pero, entendido como el anhelo humano de más, el reconocimiento innato de que estamos hechos a imagen de Dios pero manchados con pecado, y el deseo de alcanzar nuestro propósito pleno en Cristo, el concepto toca una verdad bíblica
