Pregunta: "¿Debería un cristiano trabajar como cantinero?"
Respuesta:
Como cristianos, estamos llamados a "ir por todo el mundo y predicar las buenas nuevas a todo el mundo" (Marcos 16:15). Es evidente que los bares suelen estar llenos de personas que necesitan escuchar el Evangelio. Además, muchas personas están más dispuestas a sincerarse con un cantinero que con cualquier otra persona, especialmente cuando están borrachos. Entonces, sí, un cristiano puede tener algunas oportunidades de ministerio mientras trabaja como cantinero. Sin embargo, trabajar y construir relaciones en un ambiente pecaminoso, rodeado de música impía, abuso de alcohol y tentaciones sexuales por varias horas al día es obviamente insensato. "¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? " (2 Corintios 6:14).
Siendo realistas, después de una larga jornada sirviendo bebidas en un bar, ¿se edificaría el espíritu de un cristiano? ¿Saldría con un hambre creciente de la Palabra de Dios? ¿Estaría su mente llena de imágenes piadosas? ¿Sus pensamientos serían los de Filipenses 4:8? Las Escrituras nos enseñan claramente: "Aborreced lo malo, seguid lo bueno" (Romanos 12:9). Tal vez un cristiano sienta que le gustaría interactuar con los no creyentes para compartir el mensaje de Jesucristo. Pero, ¿es ese el modelo bíblico de evangelización, el de compartir sus estilos de vida? Sí, Jesús comió y bebió con los pecadores (Mateo 11:19); sin embargo, con un corazón compasivo, su objetivo principal era, y sigue siendo, salvar a los pecadores. Nunca se complació con su estilo de vida; más bien, les ordenó que salieran de él y vivieran una vida piadosa (2 Corintios 5:17).
Muchos se remiten a 1 Corintios 5:10 cuando debaten sobre si debemos trabajar en un entorno en el que predomina el pecado. Sin embargo, Pablo no nos está animando a entrar en relaciones comerciales a tiempo completo con los "fornicarios de este mundo, o con los codiciosos, o con los extorsionadores, o con los idólatras". Simplemente está diciendo que no podemos escapar de su compañía por completo: "En ese caso sería necesario salir del mundo". Ahora bien, no debemos pasar mucho tiempo con los que se entregan a estilos de vida perversos -como ocurre ciertamente cuando se trabaja en un bar- con la esperanza de tener uno o dos momentos para compartir el Evangelio. En realidad, no muchos propietarios de bares tolerarían a un cantinero que dedicara la mayor parte de su tiempo a evangelizar a los clientes. Él sabe que eso iría en detrimento de su rentabilidad. El hecho es que la gente que va a los bares no suele estar en disposición de escuchar el evangelio.
Como cristianos, debemos obedecer el mandamiento de Dios: "Absteneos de toda especie de mal" (1 Tesalonicenses 5:22). Así que "apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo" (2 Timoteo 2:19).
