Respuesta:
Las páginas de la Biblia revelan un detallado retrato del carácter de Dios. Quizás la característica más destacada del carácter de Dios es que Él es un Padre amoroso para todos los creyentes (Efesios 1:2; Gálatas 1:1; Colosenses 1:12; 1 Tesalonicenses 1:3).
Dios, por Su naturaleza, es enteramente bueno (Marcos 10:18; 1 Timoteo 4:4). Su bondad es incomparable, y debido a ella, podemos confiar en Él: "Bueno es el Señor, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en Él se refugian" (Nahúm 1:7, NBLA; ver también Éxodo 33:19; Salmo 25:8; 34:8; Mateo 19:17; 2 Pedro 1:3). En Su bondad, Dios siempre tiene en cuenta nuestros mejores intereses: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" (Romanos 8:28). Todo lo que Dios hace es una expresión de Su bondad y está diseñado para beneficiar a Su pueblo.
La santidad de Dios es incomparable: "No hay santo como el Señor; en verdad, no hay otro fuera de Ti, ni hay roca como nuestro Dios" (1 Samuel 2:2, NBLA; ver también Levítico 11:44-45; 19:2; Isaías 6:3; 43:15; 1 Pedro 1:15-16; Apocalipsis 4:8). No hay mancha de maldad o impureza en Dios: "Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas" (1 Juan 1:5; ver también Salmo 12:6; 19:8).
Otra característica que define a Dios es Su justicia, lo que significa que existe en un estado de perfección moral: "a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús" (Romanos 3:25-26; ver también 2 Crónicas 12:6; Salmo 33:5; Isaías 45:21).
Dios también es justo; es perfectamente recto y justo en la forma en que trata a Su creación: "Por tanto, el Señor desea tener piedad de ustedes, y por eso se levantará para tener compasión de ustedes. Porque el Señor es un Dios de justicia; ¡cuán bienaventurados son todos los que en Él esperan!". (Isaías 30:18, NBLA; ver también Deuteronomio 32:4; Sofonías 3:5; Hechos 17:31; Apocalipsis 16:5-6).
Amoroso, compasivo, clemente, bondadoso y misericordioso son descripciones centrales del carácter de Dios (Nehemías 9:31). Es tan bondadoso y bondadoso que las Escrituras dicen: "Dios es amor" (1 Juan 4:8, 16). El salmista describe a Dios como "misericordioso y clemente" y "grande en misericordia y verdad" (Salmo 86:15). Tan grande es el amor de Dios por nosotros "que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16; ver también 1 Juan 4:9-10). Por Su gran amor, Cristo murió por nosotros, siendo aún pecadores (Romanos 5:8; ver también Tito 3:4-5). La misericordia y la compasión de Dios nunca fallan; se renuevan continuamente hacia nosotros día tras día (Lamentaciones 3:22-23).
Parte del carácter de Dios es la fidelidad: "Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor" (1 Corintios 1:9; ver también Isaías 49:7 1 Tesalonicenses 5:24). En nuestras luchas y fracasos, Dios es fiel para perdonarnos cuando confesamos nuestro pecado y volvemos a Él: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). En los momentos en que tropezamos y caemos, es inmensamente alentador saber que Dios nunca nos abandonará. Incluso cuando somos totalmente infieles, Dios permanece fiel y verdadero, porque Él es así; Su carácter es ser fiel (2 Timoteo 2:13; ver también Apocalipsis 19:11).
Dios es veraz, y Su Palabra es verdadera: "Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna" (1 Juan 5:20; ver también Jn 17,17). Dios y Su Palabra constituyen un fundamento fiable para la vida (Salmo 12:6; 26:3; 33:4; 43:3; 86:11). En Él no hay falsedad, mentira ni engaño (Números 23:19; Isaías 45:19; Romanos 1:25; Hebreos 6:18). Lo que Dios dice es absolutamente fiable (Jeremías 10:10). Su Palabra es coherente con Su carácter y Su revelación de Sí mismo (Juan 7:28; 8:26). Debido al carácter de Dios, podemos contar con que cumplirá Sus promesas (Salmo 31:5).
La paciencia y la longanimidad son atributos del carácter de Dios. Es "lento para la ira" y trata con paciencia a los pecadores rebeldes (Éxodo 34:6; Números 14:18; Salmo 86:15). Dios fue paciente al retrasar el diluvio en tiempos de Noé mientras se construía el arca, dando a los pecadores tiempo suficiente para arrepentirse (1 Pedro 3:20). Del mismo modo, la prolongación del regreso de Cristo no es un indicio de tardanza o vacilación por parte de Dios, sino de Su longanimidad, ya que Él no quiere que nadie muera sin tener la oportunidad de arrepentirse, salvarse y entrar en Su familia (2 Pedro 3:9-10). En el corazón del carácter de Dios está Su deseo de ser un Padre para todos los que se acercan a Él (Salmo 68:5; 103:13; Isaías 63:16; 64:8; Efesios 4:6; 1 Juan 3:1).
Cuanto más profundicemos en las Escrituras, más descubriremos nuevas y hermosas facetas del carácter de Dios. Y cuanto más tiempo pasemos con Él y en Su Palabra, mejor conoceremos y comprenderemos Su naturaleza. Nos daremos cuenta de que Dios nunca cambia (Malaquías 3:6; Santiago 1:17), que es omnisciente, todopoderoso y siempre está presente en todas partes (Salmo 139:7-10; Hebreos 4:13). Es perfecto (Mateo 5:48) y es tres en uno. Podemos pasar toda una vida buscándolo y aun así sólo arañar la superficie de la comprensión de la profundidad del carácter de nuestro Padre celestial.