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Pregunta: "¿Qué dice la Biblia sobre el castigo físico practicado por los gobiernos?"

Respuesta:
Existen tres tipos de castigo físico (corrección físicamente dolorosa): el aplicado por los padres, el castigo físico aplicado por el sistema escolar, y el castigo físico judicial supervisado dentro del sistema penitenciario o dirigido por orden judicial. Este castigo físico judicial puede incluir azotes, como los que recibieron Pablo y Silas en Filipos (Hechos 16:23); golpes con una vara, mencionados en Proverbios 29:15; y azotes con vara, como los que se practican en Singapur. La Biblia no promueve ni prohíbe que un gobierno utilice el castigo físico, pero tiene algo que decir sobre nuestra actitud hacia la ley y el orden en general.

En cuanto a nuestro sistema judicial y los castigos que impone, la Biblia exhorta a los creyentes a someterse a las leyes del gobierno (Romanos 13:1-7). "Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos" (Romanos 13:1-2; véase también 1 Pedro 2:13-14). Este mandamiento no sólo significa que tenemos que cumplir las leyes que nuestro gobierno estableció, sino que también debemos enfrentarnos a las consecuencias de desobedecer sus leyes.

Por lo tanto, el buen ciudadano debe respetar las leyes judiciales y someterse a los castigos que ellas imponen. "Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia" (Romanos 13:3-5).

Esto no quiere decir que el castigo físico infligido por un gobierno siempre sea correcto. Hay claras violaciones de los derechos humanos y momentos en los que el castigo físico equivale a la tortura. En el caso de Pablo y Silas, el trato que recibieron en Filipos definitivamente sobrepasó la línea moral. En estos casos, los creyentes deben trabajar para cambiar la ley y modificar cualquier sistema que permita el maltrato.

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