Pregunta: ¿Cuál es el significado de consentimiento mutuo en 1 Corintios 7:5?
Respuesta:
En 1 Corintios 7, el apóstol Pablo está abordando preguntas prácticas relacionadas con el matrimonio planteadas por los creyentes en Corinto. Instruye a los esposos y las esposas para que no se priven el uno al otro de la intimidad sexual "No se priven el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicarse a la oración. Vuelvan después a juntarse, a fin de que Satanás no los tiente por causa de falta de dominio propio” (versículo 5, NBLA). Pablo utiliza el término consentimiento mutuo para indicar que ambas partes—tanto el esposo como la esposa—deben ponerse de acuerdo en la decisión y los términos de su período temporal de abstinencia sexual.
Al parecer, algunos miembros de la iglesia en Corinto afirmaban que era “bueno le sería al hombre no tocar mujer” (1 Corintios 7:1). Esta afirmación general hecha sin ninguna condición implica que la mejor opción para cada persona en cada situación es abstenerse del sexo. Pero Pablo corrige este malentendido, explicando que los creyentes casados deben continuar su relación sexual mutua: “pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido” (1 Corintios 7:2-3).
En la iglesia de Corinto se estaban produciendo dos extremos opuestos. Algunos miembros estaban justificando la inmoralidad sexual flagrante, el incesto (1 Corintios 5:1) y la prostitución (1 Corintios 6:15-16), mientras que otros estaban abogando por la abstinencia total, incluso entre parejas casadas. Pablo vincula los dos problemas, sugiriendo que la abstinencia forzada entre marido y mujer puede estar fomentando un comportamiento sexual inmoral en la iglesia. Pablo sostiene que las personas casadas deben satisfacer las necesidades sexuales de su cónyuge.
La Biblia afirma que la intimidad sexual en el matrimonio es una bendición de Dios y un privilegio diseñado para ser cultivado y disfrutado: “Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre” (Proverbios 5:18-19; véase también Cantar de los Cantares 4:9-16).
Las parejas casadas tienen la responsabilidad y la obligación de no retener la intimidad sexual sin buen motivo (Exodo 21:10). Pablo señala que ninguna de las partes tiene derecho a privar a la otra: “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia” (1 Corintios 7:5). La declaración de Pablo aquí fortalece la idea de que la intimidad sexual está diseñada para ser igualmente agradable y mutuamente satisfactoria para el esposo y la esposa.
En 1 Corintios 7:5, Pablo afirma sin ambigüedades que, si una pareja casada decide abstenerse del sexo, debe ser por consentimiento mutuo para un propósito espiritual (para buscar a Dios en oración enfocada), y solo por un tiempo determinado. Consentimiento mutuo significa que tanto el esposo como la esposa están de acuerdo con el período temporal de abstinencia. La costumbre de abstenerse de las relaciones sexuales durante los tiempos especiales de devoción religiosa, como la oración y el ayuno, tiene su origen en el Antiguo Testamento (1 Samuel 21:4-5). Pablo probablemente tenía en mente esta práctica cuando enseñaba a los corintios.
La Biblia es clara en que las parejas casadas no deben privarse mutuamente de satisfacción sexual, excepto por acuerdo mutuo y sólo por un tiempo y propósito específicos. Una vez que el tiempo de devoción ha terminado, la pareja debe reanudar las relaciones físicas para que Satanás no pueda tentarlos a cometer una mala conducta sexual.
