Respuesta:
El creacionismo evolutivo intenta armonizar las enseñanzas teológicas del cristianismo evangélico con la evolución. Se diferencia de otros esfuerzos que han intentado unir a Dios con la evolución en el sentido de que el creacionismo evolutivo no es de naturaleza deísta. En cambio, sus seguidores creen que Dios creó todas las cosas y que está activamente involucrado en Su creación, aunque insisten en que la evolución es la mejor explicación científica para la diversidad y las similitudes de toda la vida en la Tierra.
Los creacionistas evolutivos rechazan el evolucionismo ateo y, aparentemente, pretenden afirmar las doctrinas clave del cristianismo (por ejemplo, la Trinidad, la divinidad de Cristo, Su resurrección, la autoridad de las Escrituras, la salvación por gracia, etc.) Dicho esto, varias doctrinas cristianas claves pierden su fundamento en el creacionismo evolucionista.
El movimiento enseña que todos los seres vivos, incluyendo los seres humanos, descienden de un antepasado común a lo largo de muchas generaciones. Siendo este el caso, los creacionistas evolutivos luchan con lo que la Biblia quiere decir cuando afírmala que la humanidad está hecha "a imagen de Dios" (Génesis 1:27). Además, algunos miembros del movimiento afirman la existencia de un Adán y una Eva históricos, mientras que otros no. Esto luego lleva a diferencias en el área de la hamartiología (el estudio del pecado), ya que algunos creacionistas evolutivos rechazan la existencia de una caída histórica en el pecado tal y como se describe en Génesis 3 y rechazan el concepto de que la naturaleza pecaminosa se transmitió desde Adán (Romanos 5:12–14).
La inerrancia bíblica es otra doctrina, que no está bien definida en el creacionismo evolutivo; algunos creacionistas evolutivos respaldan documentos importantes sobre el tema como la Declaración de Chicago sobre la Inerrancia Bíblica, y otros la desaprueban. Por un lado, el creacionismo evolutivo insiste en que la Biblia es verdadera en lo que enseña y que se deben utilizar los contextos culturales y teológicos de las Escrituras para interpretar lo que la Biblia quiere decir. Por otro lado, el creacionismo evolutivo se inclina por hacer muchas alegorías de partes de las Escrituras, especialmente de las que tratan con la antropología y la patología del pecado.
