Pregunta: "¿Cuáles son las creencias fundamentales del cristianismo?"
Respuesta:
El término cristianismo parecería implicar un sistema religioso del mismo modo que el islam y el budismo son sistemas religiosos. Dentro de los sistemas religiosos hay creencias fundamentales, junto con códigos, reglas y normas que hay que respetar para alcanzar un objetivo. El cristianismo no se ajusta a esa definición y, en consecuencia, el término puede ser un poco engañoso.
Jesús no vino al mundo para empezar otra religión. Ya existían muchas religiones (véase Hechos 17:22-23), incluido el judaísmo, que había comenzado como una relación con el Dios Todopoderoso (Levítico 20:12) pero que se había transformado en otro sistema religioso semejante a la adoración de ídolos (Mateo 15:8). Jesús vino a dar testimonio de la verdad (Juan 18:37), a buscar y salvar a los perdidos—aquellos separados de Dios por su pecado (Lucas 19:10)—y a "dar su vida en rescate por muchos" (Marcos 10:32). Dicho esto, aquellos que siguen a Cristo sí comparten algunas creencias básicas.
Desde el punto de vista bíblico, los cristianos son aquellos que han sido perdonados de sus pecados y que han entrado en una relación personal con el Dios Todopoderoso por medio de la fe en Jesucristo (Efesios 2:8-9; Romanos 10:9-10). Para convertirse en cristiano, una persona debe aceptar completamente las siguientes convicciones básicas como parte de su propia visión personal del mundo:
• Jesús es el Hijo de Dios y es igual a Dios (Juan 1:1, 49; Lucas 22:70; Marcos 3:11; Filipenses 2:5-11)
• Jesús vivió una vida perfecta y sin pecado (Hebreos 4:15; Juan 8:29)
• Jesús fue crucificado para pagar la culpa de nuestros pecados (Mateo 26:28; 1 Corintios 15:2-4)
• Jesús resucitó de entre los muertos (Lucas 24:46; Marcos 16:6)
• somos salvados por la gracia de Dios; es decir, no podemos añadir ni quitar nada a la obra terminada de Cristo en la cruz como pago total por nuestros pecados (Efesios 2:8-9)
Se podría decir que la creencia en la veracidad de la Palabra de Dios es también una creencia fundamental del cristianismo porque, si la veracidad de la Biblia es sospechosa, entonces todo lo que sabemos sobre Dios está en duda. La fe salvadora está inseparablemente ligada a la Palabra de Dios: "La fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios" (Romanos 10:17).
Se podría decir que la creencia en la veracidad de la Palabra de Dios es también una creencia fundamental del cristianismo porque, si la veracidad de la Biblia es sospechosa, entonces todo lo que sabemos sobre Dios está en duda. La fe salvadora está inseparablemente ligada a la Palabra de Dios: "La fe viene del oír el mensaje, y el mensaje se oye por la palabra sobre Cristo" (Romanos 10:17).
Pero la aceptación intelectual de los puntos de la doctrina mencionados es sólo el marco sobre el que se produce la salvación. La fe es más que un consentimiento mental, y estar de acuerdo con las creencias fundamentales del cristianismo no equivale a entrar en el reino de Dios. Incluso Satanás y los demonios saben ciertas cosas sobre Dios (Santiago 2:19). Podemos estar mentalmente de acuerdo con los mismos hechos sin hacer de ellos el centro de nuestras vidas.
¿Puede una persona salvarse sin aceptar las creencias fundamentales del cristianismo? No. Pero junto con la aceptación de esas creencias fundamentales debe haber una transformación espiritual. Jesús dijo que para recibir la vida eterna hay que "nacer de nuevo" (Juan 3:3). Nacer de nuevo es una obra del Espíritu Santo en el corazón de un pecador arrepentido. Así como una madre en el parto hace todo el trabajo de dar a luz una nueva vida, así el Espíritu Santo hace el trabajo de transformar a un pecador en una nueva criatura (2 Corintios 5:17). Este proceso comienza cuando Dios atrae un corazón a través de la convicción de pecado y la esperanza de perdón (Juan 6:44). Cuando nos rendimos a Dios y nos arrepentimos de nuestro pecado (Hechos 2:38), Dios aplica la sangre de Su propio Hijo a nuestra cuenta y cancela la deuda que tenemos con Él (Colosenses 2:14). Mediante este acto de transferencia, Dios nos declara "inocentes"; es decir, nos justifica (Romanos 4:5). La salvación es un intercambio divino: Jesús se convierte para nosotros en nuestro pecado para que podamos convertirnos en Su perfección (2 Corintios 5:21). Este es el evangelio en la esencia del cristianismo.