Pregunta: "¿Debería un cristiano usar perfume/colonia?"
Respuesta:
Los perfumes, el incienso y las sales aromáticas existen desde hace siglos. En el libro de Ester, las jóvenes pasaban meses preparándose con aceites y especias perfumadas para ser invitadas a los aposentos del rey (Ester 2:12). Nuestro sentido del olfato está conectado con nuestros otros sentidos y puede ser entrenado para hacernos responder de determinadas maneras a un olor específico. ¿Quién no ha tenido un momento de haber vivido algo cuando olemos algo que nos recuerda la casa de la abuela o nuestra primera cita? Proverbios 27:9 dice: "El ungüento y el perfume alegran el corazón". Ciertos olores tienen connotaciones tanto positivas como negativas. Los perfumes y las colonias aprovechan el poder evocador del olor, y algunos cristianos se preguntan si es apropiado usar fragancias.
Noemí le ordenó a su nuera Rut que "Báñate, perfúmate y vístete con tu ropa más linda (NTV)" para resultar atractiva a Booz (Rut 3:3). No hay nada malo en ello. El perfume siempre se ha considerado un elemento que ayuda a que las personas sean más agradables para los demás. De hecho, Eclesiastés 9:7-9 dice: "Así que, ¡adelante! Come tus alimentos con alegría y bebe tu vino con un corazón contento, ¡porque Dios lo aprueba! ¡Vístete con ropa elegante y échate un poco de perfume! Vive feliz junto a la mujer que amas, todos los insignificantes días de vida que Dios te haya dado bajo el sol (NTV)". Como era de esperar, se habla del perfume en términos negativos cuando lo usa una mujer adúltera para atrapar a un hombre (Proverbios 7:16-18).
En la época de Jesús, los perfumes eran un lujo y en ocasiones podían costar una fortuna. La mención más famosa del perfume es el relato de María que rompe su frasco de alabastro de perfume costoso y con el que unge a Jesús (Juan 12:3). Jesús la alabó por ello, diciendo que estaba preparando Su cuerpo para la sepultura (Juan 12:7). Los perfumes y las especias eran usados junto a un cadáver para ayudar a disimular el olor del cuerpo en descomposición. Sin darse cuenta, María estaba prediciendo la muerte de Jesús y expresando su agradecimiento por ello al ungir a su Salvador con un costoso perfume.
Los cristianos no deben estar motivados por la vanidad en el uso de perfume o colonia, pero no hay nada pecaminoso en usar una fragancia. Como cristianos, debemos presentarnos al mundo como dignos representantes del reino de nuestro Padre (2 Corintios 5:20). Parte de esa presentación es la higiene y el aseo personal. El mensaje de reconciliación de Dios es un regalo fragante que ofrecemos al mundo. Sus mensajeros deben representarlo. Es menos probable que la gente escuche el mensaje de una persona que no parece preocuparse por su apariencia u olor. Debemos tener cuidado de no abusar de los perfumes y las colonias, y debemos ser sensibles a las personas alérgicas, pero usar perfume o colonia es perfectamente aceptable.