Pregunta: ¿Qué es el cuerno pequeño en el libro de Daniel?
Respuesta:
En una de sus visiones, el profeta Daniel ve un "cuerno pequeño" que surge de una bestia terrible (Daniel 7:8). La aparición del cuerno pequeño, su forma inusual y su comportamiento causan gran asombro en Daniel. Afortunadamente, para él y para nosotros, la visión se explica.
Antes de examinar el cuerno pequeño, echaremos un rápido vistazo al conjunto de la visión de Daniel. El profeta ve cuatro bestias (Daniel 7:1-7) que representan cuatro reinos (versículo 17). Las tres primeras bestias representan a Babilonia, Medo-Persia y Grecia.
La cuarta y última bestia que ve Daniel es la más espantosa: "espantosa y terrible y en gran manera fuerte" (Daniel 7:7). Esta cuarta bestia tiene "uñas de bronce" (versículo 19) y "dientes grandes de hierro" con los que aniquila a su presa (versículo 7). Daniel ve que la terrible bestia tiene diez cuernos. Mientras reflexiona sobre el significado de los cuernos, un cuerno pequeño comienza a crecer de en medio de los diez. Este cuerno pequeño es bastante inusual. Al emerger, tres de los cuernos originales son arrancados de raíz. Daniel ve que el cuerno pequeño tiene "ojos como los ojos de un hombre y una boca que hablaba con mucha arrogancia" (Daniel 7:8, NBLA). Las palabras orgullosas y arrogantes del cuerno pequeño continúan hasta el día del juicio (versículos 9-10). En ese momento, "mataron a la bestia, y su cuerpo...entregado para ser quemado en el fuego" (versículo 11). Ese es el fin del cuerno pequeño.
Daniel se inquieta por la visión de la bestia y el cuerno pequeño, y pregunta específicamente sobre ello (Daniel 7:19). Un ángel se lo explica: los diez cuernos de la bestia son diez reyes que surgirán de ese reino (versículo 24). En la Biblia, un cuerno suele ser símbolo de fuerza y autoridad (ver Salmos 89:24 y 132:17). El cuerno pequeño y arrogante, con boca y ojos humanos representa a un rey específico; en su ascenso al poder, tres de los reyes originales caerán. Este rey malvado representado como el cuerno pequeño, "hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará" (Daniel 7:25). Tratará de cambiar los tiempos y las leyes, y ejercerá un poder opresivo sobre el pueblo de Dios durante tres años y medio (versículo 25).
La cuarta bestia que vio Daniel era el Imperio Romano, el reino mundial que surgiría después de Grecia. El cuerno pequeño que vio Daniel es un líder mundial, especialmente notable por sus blasfemias y el alcance de su poder. Debido a que este cuerno pequeño está gobernando en el momento en que llegue el Día del Juicio, lo identificamos como el Anticristo, el "gobernante que vendrá" que establece la abominación en Daniel 9:27. La mención de tres años y medio corresponde a la duración del gobierno del Anticristo en Apocalipsis 11:2; 12:14; y 13:5.
El cuerno pequeño surge de la cuarta bestia, un hecho que sugiere que, al final de los tiempos, habrá un "resurgimiento" del antiguo Imperio Romano. Esta restauración, sea cual sea la forma que adopte, contará con una coalición de diez líderes mundiales. El Anticristo llegará a la cima a expensas de tres de esos líderes, y acabará ejerciendo la autoridad mundial. El Anticristo, un verdadero tirano, tratará de controlar todos los aspectos de la vida (ver Apocalipsis 13:16-17). Incluso exigirá que se le adore (versículo 15).
El cuerno pequeño de Daniel 7 es el mismo que la primera bestia de Apocalipsis 13. La bestia de Apocalipsis también tiene diez cuernos. Y, como el cuerno pequeño de la cuarta bestia de Daniel, a la bestia de Juan "se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias. . . . abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre" (Apocalipsis 13:5-6).
En resumen, el cuerno pequeño que ve Daniel es el Anticristo, un líder mundial que asciende al poder desde dentro de una liga de diez futuros reyes. Este cuerno pequeño blasfemará contra Dios y perseguirá al pueblo de Dios durante la tribulación, hasta la segunda venida del Señor Jesús. En ese momento, al poder del Anticristo "le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin" (Daniel 7:26), y Jesús establecerá Su reino milenario. El reinado del Anticristo es limitado: cuarenta y dos meses, y nada más (Apocalipsis 13:5). El cuerno pequeño perderá su guerra contra Dios. Su blasfemia jactanciosa y su violencia desenfrenada son solo temporales. El reinado de Cristo es eterno.
