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La cultura de la pureza es el término utilizado para describir el movimiento evangélico que promueve una visión bíblica de la pureza sexual como se describe en 1 Tesalonicenses 4:3–8. El movimiento desanima el noviazgo en favor de los "cortejos" y promueve en gran medida la castidad antes del matrimonio. Los símbolos de la cultura de la pureza incluyen promesas de pureza firmadas, anillos de pureza y eventos como bailes de la pureza (bailes para padres e hijas durante los cuales los padres se comprometen a ser ejemplos de pureza e integridad para sus hijas).
El movimiento de la cultura de la pureza comenzó a principios de la década de 1990. Los cristianos que crecieron en la revolución sexual comenzaron a tener hijos y adolescentes propios en un momento en el que el embarazo adolescente estaba en su punto más alto y el SIDA causaba estragos (www.thegospelcoalition.org/article/faqs-know-purity-culture/, consultado el 13/3/23). Muchos evangélicos reaccionaron a las consecuencias del sexo fuera del matrimonio y buscaron fundamentar las ideas sobre el sexo en la enseñanza bíblica. En 1992, Lifeway Christian Resources desarrolló la idea de "True Love Waits" como un tema para una campaña de educación sexual cristiana. Un año después, los Bautistas del Sur adoptaron el programa, y en el mitin True Love Waits de 1994 en Washington D.C., la campaña mostró 210,000 tarjetas de compromiso (promesas de pureza). En 1997, el libro de Josh Harris I Kissed Dating Goodbye popularizó el concepto de cortejar en lugar de salir. El libro vendió más de un millón de copias y fue muy popular en el movimiento de la cultura de la pureza.
Algunos argumentarían que la cultura de la pureza ha tenido éxito en su misión. Hubo una disminución significativa en la actividad sexual tanto en adolescentes varones como en adolescentes mujeres entre 1995 y 2002. El número de chicas sexualmente activas de 15 a 17 años disminuyó del 38 por ciento al 30 por ciento en ese tiempo, y para los chicos en el mismo grupo de edad durante el mismo tiempo, los números pasaron del 43 por ciento al 31 por ciento (www.cdc.gov/nchs/data/nsfg/Ser2_Example6_FINAL.pdf, consultado el 13/3/23). Los embarazos adolescentes también disminuyeron considerablemente.
Sin embargo, no está claro cuánto crédito merecen la cultura de la pureza y el movimiento True Love Waits por estos números. Un estudio de 2009 no mostró diferencia significativa entre el comportamiento sexual de los adolescentes que habían hecho promesas de pureza y los adolescentes que no lo habían hecho (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19117832/, consultado el 13/3/23). No solo eso, sino que también los famosos adolescentes que habían llevado abiertamente anillos de pureza, por ejemplo, Miley Cyrus, Selena Gomez y los Jonas Brothers, no lograron mantener su pureza, algunos incluso pasaron al extremo opuesto y adoptaron una sexualización abierta.
Los críticos de la cultura de la pureza también han resaltado algunos otros problemas evidentes. Josh Harris se disculpó por su libro I Kissed Dating Goodbye y pidió a los editores que detuvieran su publicación, y en 2019 Harris se divorció de su esposa y declaró que ya no era cristiano (www.cnn.com/2019/07/29/us/joshua-harris-divorce-apology-scli-intl/index.html, consultado el 15/3/23). Otros han afirmado que la cultura de la pureza infunde un temor a los errores y a convertirse en "bienes dañados" mientras promete falsamente un matrimonio feliz para siempre a aquellos que siguen el programa.
Lo que la cultura de la pureza entiende correctamente es que la castidad es importante en la vida cristiana (1 Corintios 6:18–20). Nuestra pureza sexual importa para Dios. Pero cuando el enfoque de la pureza se convierte en mantener la castidad para tener una buena vida, surgen problemas. Richard Ross, quien estuvo involucrado en los primeros días del movimiento de pureza, explica: "En el pasado, los jóvenes de True Love Waits a menudo prometían pensando, 'Jesús quiere que haga esto porque hará mi vida mejor, para que no me ocurran cosas malas, para que no sea un cristiano desobediente. Ahora, hay un elemento de verdad en cada una de esas afirmaciones, pero detecto un cambio [hacia] 'No es que haga esto para que mi vida sea mejor, sino que elijo la pureza para la gloria de Cristo. Estoy haciendo esto por su causa, no por la mía. Estoy haciendo esto porque Él merece adoración, y la pureza de mi vida es una forma de mostrarle esa adoración.' El enfoque se aparta de 'mí', y el enfoque va hacia 'Él'. No hay moralismo. Si elijo la pureza sexual para la gloria de Cristo, eso es simplemente pura adoración" (citado en www.thegospelcoalition.org/article/faqs-know-purity-culture/, consultado el 15/3/23).
La cultura de la pureza debería tratarse de la adoración, de honrar a Dios con nuestros cuerpos, que son sacrificios vivientes al Padre y templos para el Espíritu Santo (Romanos 12:1).
