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En 1860 Thomas Henry Huxley introdujo el término darwinismo en relación con el libro de Charles Darwin Sobre el Origen de las Especies, publicado el año anterior. El libro de Darwin presentaba la selección natural como el medio de la evolución biológica, como se aprecia en el título del libro, Sobre el Origen de las Especies por Medio de la Selección Natural, o la Preservación de las Razas Favorecidas en la Lucha por la Vida. El darwinismo, por tanto, se entiende correctamente como el conjunto de teorías que tratan de la evolución biológica en general y de la evolución por selección natural en particular.
En 1864, el filósofo Herbert Spencer resumió el darwinismo con la frase "la supervivencia del más fuerte". Darwin aprobó este resumen como una expresión precisa y conveniente de su teoría básica. El concepto de supervivencia del más fuerte fue cuestionado por Henry Drummond, de la Iglesia Libre Escocesa, quien señaló que incluso en el mundo animal la supervivencia no es simplemente una cuestión de ingenio y fuerza. El cuidado y la compasión también juegan un papel importante.
Charles Darwin publicó un segundo libro sobre la evolución en 1871, El Origen del Hombre y la Selección en Relación al Sexo. En él planteaba que la propia naturaleza determinaba el desarrollo y el progreso de todos los seres vivos. La implicación era que cualquier perspectiva del mundo centrada en el hombre o en Dios no es más que una ilusión.
El darwinismo se ha aplicado a otras áreas además de la biología. El "darwinismo social", por ejemplo, es la aplicación del principio darwiniano de la lucha por el dominio dentro de la sociedad; de ahí la "ciencia" de la eugenesia. A finales de la década de 1950, el término Darwinismo se actualizó para incorporar la selección natural con la genética de poblaciones y la genética mendeliana. Los historiadores suelen utilizar el término Darwinismo para diferenciar la teoría de Darwin de otras teorías evolutivas que existían en la misma época.
La comunidad científica moderna utiliza el término darwinismo para distinguir las teorías originales de Darwin de las teorías modernas de la evolución (a veces llamadas "neodarwinismo"). Los científicos de hoy no se basan exclusivamente en las ideas originales de Darwin con respecto a la biología moderna.
Algunos creacionistas hacen un mal uso del término darwinismo al aplicarlo a la evolución atea en general. En realidad, el darwinismo no tiene ninguna relación con la evolución cósmica, la teoría del Big Bang o el origen de la vida. El darwinismo biológico no se ocupa de cómo empezó la vida, sino de cómo progresó y se multiplicó.
