Pregunta: ¿En qué sentido son dos mejor que uno (Eclesiastés 4:9)?
Respuesta:
En su búsqueda de sabiduría y aprendizaje, Salomón descubre que pocas cosas en la vida tienen más valor o satisfacción duradera que la verdadera amistad. En Eclesiastés 4:9-12, Salomón reflexiona sobre la importancia del compañerismo y los beneficios de trabajar juntos. Comienza diciendo: "Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo" (Eclesiastés 4:9). Salomón está de acuerdo con Dios en que "no es bueno que el hombre esté solo" (Génesis 2:18).
En el trabajo, dos son mejor que uno, porque un par de trabajadores pueden lograr más que una persona trabajando sola. Los trabajos difíciles se vuelven más fáciles con cuatro manos y el doble de fuerza de dos personas trabajando juntas. Aunque las ganancias se dividan, dos trabajadores rentabilizan mejor sus esfuerzos, logran más que solo una persona. Dos individuos también aportan un conjunto de habilidades más variado a la mesa y ofrecen diferentes fortalezas para complementarse y animarse mutuamente.
Dos son mejor que uno porque, "Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas", dice Eclesiastés 4:10 (NTV). A veces nos caemos físicamente y necesitamos ayuda para levantarnos, pero el principio tiene implicaciones emocionales y espirituales aún mayores. Cuando tropezamos en nuestro camino espiritual o estamos abatidos con cargas emocionales, es vital tener un amigo o mentor que nos pueda acompañar y ayudarnos a recuperar la integridad en nuestra relación con Dios. Pablo le dijo a los Gálatas: "Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo" (Gálatas 6:1-2).
Si alguna vez ha pasado una noche en el frío, sabrás que dos son mejor que uno, porque "si dos personas se recuestan juntas, pueden brindarse calor mutuamente; pero ¿cómo hace uno solo para entrar en calor?" (Eclesiastés 4:11 − NTV). No solo es más difícil mantenerse caliente viajando solo en la noche, sino que es más peligroso: "Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente" (Eclesiastés 4:12 − NTV).
Necesitamos amigos cristianos para el apoyo emocional, práctico y espiritual a través de las dificultades de la vida. Si cultivamos relaciones con otros creyentes, siempre tendremos a alguien que nos ayude a mantenernos en el camino y a levantarnos cuando nos caigamos. El pueblo de Dios no está destinado a vivir en aislamiento, sino a caminar juntos (Hebreos 10:25; Hechos 2:44). En los primeros días de la iglesia, los cristianos: "perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón" (Hechos 2:46).
Jesús oró para que Sus seguidores estuvieran unidos como uno, tal como Él y el Padre eran uno (Juan 17:21). Este tipo de unidad y cooperación en el cuerpo de Cristo une a los creyentes "en perfecta armonía" (Colosenses 3:12-14 − NTV), permitiendo que el amor de Dios llegue "a la máxima expresión en nosotros" (1 Juan 4:12 − NTV). El cuerpo de Cristo es más fuerte y está más protegido cuando nos cuidamos mutuamente en la adversidad y celebramos las victorias de la vida juntos. A medida que trabajamos juntos y caminamos juntos en la fuerza de la unidad, logramos más para el reino de Dios (Juan 13:35).
Cuando Salomón dijo: "Mejores son dos que uno", reconoció que los verdaderos amigos piadosos son un consuelo en la necesidad, una ayuda en los problemas, un compañero en el trabajo y un protector contra el peligro.
