Pregunta: ¿Qué significa que el ejercicio corporal para poco es provechoso (1 Timoteo 4:8)?
Respuesta:
En 1 Timoteo 4:8, el apóstol Pablo exhorta a Timoteo a mantener claras sus prioridades: "porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera". Aquí, Pablo establece un contraste entre el ejercicio corporal y la piedad. Ambos son provechosos, pero el ejercicio corporal es de menor valor que la piedad.
En 1 Timoteo 4:6, Pablo le recuerda amablemente a Timoteo que enseñe "estas cosas a los hermanos". Todos necesitamos un recordatorio de vez en cuando. Pablo no le recuerda a Timoteo sus obligaciones pastorales porque las haya olvidado o descuidado. Al contrario, Pablo quiere animar a Timoteo a hacer lo que siempre ha hecho, una especie de refuerzo positivo, si se quiere.
¿Qué cosas debe exponer Timoteo a la iglesia de Éfeso? La respuesta está contenida en 1 Timoteo 4:1-5: advertencias contra las falsas enseñanzas que viene "por la hipocresía de mentirosos" (versículo 2). Mientras Timoteo enseñe fielmente a la iglesia a distinguir la verdad del error, será "buen ministro de Jesucristo" que defiende "las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido" (versículo 6). Las "palabras de la fe" son el Evangelio. En 1 Corintios 15:3-4 se encuentra un resumen del mensaje del Evangelio. Allí, observemos cómo Pablo describe el evangelio como de "primera importancia". La responsabilidad principal de Timoteo como obispo es enseñar, equipar y recordar la verdad a su congregación.
Timoteo necesita recordar estas cosas a su congregación debido a la omnipresente influencia de la falsa doctrina (1 Timoteo 4:1-3, 7). Hoy en día, los falsos maestros están en todas partes: en la radio, en los podcasts, en la televisión y en los púlpitos de las iglesias. Son una amenaza para la sana doctrina porque sus enseñanzas son contrarias al evangelio de Jesucristo (ver Gálatas 1:8). Si Timoteo protege a su congregación de los falsos maestros, entonces será un "buen ministro de Jesucristo" (1 Timoteo 4:6).
La eficacia de Timoteo como siervo de Jesucristo se debió a que fue "nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina" (1 Timoteo 4:6). Fue entrenado, o disciplinado, por su abuela Loida y su madre, Eunice (2 Timoteo 1:5), y, por supuesto, por Pablo. Cabe señalar que nuestro servicio a Dios solo puede ser tan eficaz como el depósito que se ha puesto en nosotros. En otras palabras, nuestra productividad solo puede ser tan buena como nuestra contribución. ¿Seguiremos el ejemplo de servicio fiel de Timoteo dando "ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza" (1 Timoteo 4:12)?
Los creyentes que se preocupan por la justicia no tienen tiempo para "fábulas profanas y de viejas" (1 Timoteo 4:7), porque sus corazones y mentes están puestos en las cosas de arriba (ver Colosenses 3:2). El contraste entre "palabras de fe" y "fábulas profanas y de viejas" es digno de mención. Indica que el Evangelio no es un relato mitológico o ficticio de Jesucristo. Todo lo contrario. El Evangelio es un relato histórico de la vida, muerte, sepultura, resurrección y ascensión de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
La mejor manera de detectar las falsas enseñanzas es ejercitarnos "para la piedad" (1 Timoteo 4:7). La palabra griega para «ejercitar» es gymnaze, de donde obtenemos las palabras en español gym y gimnasio. Aunque gymnaze denota entrenamiento físico, Pablo utiliza la palabra metafóricamente para incluir el entrenamiento espiritual. La idea es que el entrenamiento espiritual requiere "disciplina", que es como la NBLA traduce gymnaze.
En 1 Timoteo 4:8, Pablo dice: "el ejercicio corporal para poco es provechoso", pero no sugiere que el entrenamiento físico o corporal sea malo. De hecho, reconoce que tiene algún valor, reconociendo su beneficio para la salud y el bienestar general. Sin embargo, afirma que la piedad tiene un significado eterno y es prometedora tanto para la vida presente como para la venidera. El beneficio presente de la piedad es el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza (Gálatas 5:22-23). El beneficio futuro de la piedad es la comunión eterna con Dios en el cielo (Juan 14:3).
En conclusión, 1 Timoteo 4:8 resalta el gran valor de la piedad y la promesa que tiene tanto para la vida presente como para la futura. Por lo tanto, al aceptar la piedad y rechazar las falsas enseñanzas, los creyentes pueden permanecer fieles a la verdad de la Palabra de Dios.
