Pregunta: ¿A qué se refiere Apocalipsis 21:1 cuando dice: "el mar ya no existía más"?
Respuesta:
Apocalipsis 21:1 dice: "Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más". No hay razón para no tomar esto literalmente, que la nueva tierra de Dios no contendrá vastas áreas de agua salada que abarquen todo el globo. Por supuesto, las masas de agua dulce, como el río de Apocalipsis 22:1, podrían seguir existiendo en abundancia en la nueva tierra.
Los pasajes proféticos sobre la primera venida de Jesús se cumplieron literalmente. Los pasajes no proféticos de la Biblia también son en gran medida literales. Si un determinado pasaje no debe interpretarse literalmente, habrá pistas contextuales obvias: por ejemplo, se utilizará un objeto inanimado para describir un ser vivo (Jesús es el pan), se atribuirá vida a un objeto inanimado (los árboles aplauden) o una expresión estará fuera de lugar con el objeto descrito (Herodes es un zorro). Apocalipsis 21:1 no tiene tales indicios; por lo tanto, no hay ninguna buena razón para interpretar como figurativa la revelación de que la nueva tierra carecerá de mar.
Puesto que Apocalipsis 21 parece una descripción objetiva del nuevo cielo y la nueva tierra, y puesto que las Escrituras no ofrecen ninguna otra explicación, lo más probable es que el versículo 1 signifique simplemente lo que dice: en la nueva tierra ya no habrá mar.
Aunque esto pueda molestar a algunos que aman el mar, no podemos crear un significado alternativo solo para adaptarlo a nuestras preferencias o prejuicios. También las palabras de Jesús en Mateo 22:30 acerca de que no hay matrimonio en el cielo pueden resultarnos un poco desconcertantes; sin embargo, no podemos tergiversar el significado de ningún versículo solo para sentirnos más cómodos. Tenemos que aceptar por fe que lo que Dios, en Su perfecta sabiduría, ha planeado es la mejor realidad posible.
Habiendo adoptado la postura del literalismo, reconocemos que existen otras interpretaciones de la afirmación "el mar ya no existía más". Algunos creen que el "mar" de Apocalipsis 21:1 se refiere únicamente al mar Mediterráneo. Cuando Juan se asoma al futuro, ve que el Mediterráneo ha desaparecido. En otras partes de las Escrituras, se hace referencia al mar Mediterráneo simplemente como "el mar" (por ejemplo, Josué 17:10).
Otros creen que la afirmación de que ya no había mar es una referencia figurada a que ya no había divisiones entre la humanidad. En nuestro mundo actual, los océanos constituyen barreras naturales entre naciones y grupos humanos. Según esta interpretación, la visión de Juan predice que, en la tierra nueva, la humanidad no estará separada de ninguna manera.
Otra opinión es que la afirmación de que ya no había mar se refiere a la ausencia de cualquier cosa que sea peligrosa, impredecible o tumultuosa. En tiempos de Juan, el mar se consideraba a menudo un lugar peligroso y cambiante. Jesús habló del "bramido del mar y de las olas" como parte de la tribulación del final de los tiempos (Lucas 21:25). El Salmo 46 habla de la necesidad de confiar en Dios, aunque "bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza" (versículo 3). Según esta interpretación, la promesa de Dios es que la tierra nueva no será un lugar de agitación ni de miedo.
Anteriormente, en el Apocalipsis, el "mar" era la fuente de la bestia con poderes satánicos (Apocalipsis 13:1). Esto ha llevado a algunos a interpretar la afirmación de que ya no había mar en Apocalipsis 21:1 en el sentido de que la fuente del mal en el mundo ha desaparecido. Ya no habrá oportunidad para la rebelión en la creación de Dios.
La afirmación de Juan de que ya no habrá mar en la tierra nueva es la primera de siete cosas que "ya no existirán". Las otras seis promesas son que en el nuevo orden de cosas ya no habrá muerte, luto, llanto, dolor (Apocalipsis 21:4), maldición (Apocalipsis 22:3) ni noche (Apocalipsis 21:25; 22:5).
Apocalipsis 21:1 y la afirmación de que ya no había mar forma parte de una descripción de la recreación de todo el universo, después de la tribulación, después del milenio, después de la rebelión final. Las cosas serán obviamente muy diferentes en la nueva tierra de lo que son ahora. La tierra actual está cubierta en su mayor parte por agua, pero la nueva tierra tendrá una geografía diferente y, por tanto, un clima diferente.
Al final, la clave es que Dios hará que todo sea hermoso a Su tiempo. Cualquier cosa que Él haya planeado para nosotros, será para bien. Ni ojo vio ni oído oyó las maravillas que Dios ha preparado para los que le aman (1 Corintios 2:9).