Respuesta:
La Biblia no responde directamente si Dios es egoísta, porque probablemente nunca se le ocurrió a nadie en la antigüedad hacer esa pregunta. Es una pregunta completamente moderna. En los últimos años, se ha puesto de moda acusar a Dios de ser egoísta, incluso egocéntrico. A menudo, esta acusación viene de personas que no creen en Dios, pero que la usan como argumento de que el Dios presentado en la Biblia realmente no es bueno. Suele ser algo así como «el Dios de la Biblia creó todo para Su propia gloria y luego exige que Sus criaturas lo adoren y obedezcan o los torturará en el infierno para siempre si se niegan».
Parece que cuanto más egoísta es una persona, más se molestará por el egoísmo que percibe en los demás. Un niño verdaderamente desinteresado no se va a molestar por el hecho de que otro niño no quiera compartir sus juguetes. El egoísmo es centrar la atención en uno mismo cuando esa atención no es justificada. Dios es el único ser perfecto en todo el universo, y cualquier atención, alabanza y adoración que se le dirige es completamente justificada. Cualquier acusación de que Dios es egoísta inevitablemente surge del deseo humano de ocupar el lugar que Dios ocupa justamente. Solo nuestro propio egoísmo nos permite acusar a Dios de ser egoísta.
Dios era completamente suficiente en Sí mismo desde toda la eternidad. No necesitaba crear otros seres para sentirse realizado. Dentro de la Trinidad había un amor y comunión perfectos. La única razón por la que creó a los seres humanos es para que nosotros también pudiéramos experimentar Su amor y perfección. Acusar a Dios de ser egoísta es como un niño de 5 años que acusa a sus padres de ser egoístas porque se niegan a comprarle todos los juguetes que quiere. Además, sus padres se atreven a pedirle que les ayude en las tareas de la casa. De hecho, le exigen que los trate con respeto y que los obedezca todo el tiempo. Incluso cuando él sabe más que ellos, aun así le exigen que se someta a sus órdenes. La única explicación que se le ocurre al niño es que sus padres son completamente egoístas.
El Catecismo de Westminster resume el propósito de la humanidad como "glorificar a Dios y disfrutar de Él para siempre". John Piper dijo muchas veces que "estamos más satisfechos cuando Dios es más glorificado". Al someternos y glorificar a Dios, también nos beneficiamos inmensamente y encontramos el propósito para el cual fuimos creados. ¿Pero no sería más generoso (y menos egoísta) de parte de Dios dar felicidad a las personas, independientemente de si quieren o no una relación con Él? C.S. Lewis responde: "Dios nos hizo; nos inventó como un hombre inventa una máquina. Un automóvil está hecho para funcionar con gasolina, y no funcionaria bien con ninguna otra cosa. Ahora bien, Dios diseñó la máquina humana para que funcionara con El. El es el combustible que admite el diseño de nuestros espíritus, El es la comida que puede alimentarlos. No hay otro. Tal es la razón por la que no sirve de nada pedirle a Dios que nos haga felices a nuestra propia manera... Dios no puede darnos felicidad y paz aparte de Él mismo, porque no, no se encuentran en otra parte que El. No existen tales cosas" (Mero Cristianismo).
Por naturaleza, no queremos someternos a Dios y buscamos constantemente desterrarlo de nuestras vidas para que podamos mantener el control y ser dioses de nosotros mismos. Dios tendría todo el derecho de simplemente dejarnos seguir nuestro propio camino miserable. (Cualquier cosa que pueda implicar el infierno, eso es ciertamente una gran parte de ello.) Sin embargo, Dios demostró Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8). Es el desinterés de Dios lo que nos permite ser perdonados.
