Pregunta: ¿Qué significa escapar de las contaminaciones del mundo (2 Pedro 2:20)?
Respuesta:
Segunda de Pedro 2:20 dice: "Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero". El versículo se sitúa en un contexto más amplio en el que se habla de los falsos maestros y de su influencia nociva en toda la Iglesia. El versículo 20, en particular, se centra en las víctimas de la falsa enseñanza, especialmente en aquellos que han vuelto a un estilo de vida pecaminoso después de haberse distanciado de "la maldad del mundo", como dice la NTV.
Para "escapar de las contaminaciones del mundo" hay que apartarse de un estilo de vida pecaminoso y tratar de conocer a Cristo. Normalmente, los que lo consiguen son creyentes, pero hay excepciones. Los buscadores o cristianos nominales pueden sentirse atraídos por una comunidad de cristianos y empezar a conocer a Jesús. A medida que adquieren más conocimientos sobre la persona y la obra de Cristo, se van desvinculando de su vida pasada. El término "escapar" implica que el grupo al que se refiere Pedro comprende a los recién convertidos o a los que están interesados, pero no comprometidos y necesitan establecer una base firme. Sin embargo, puede decirse que todo cristiano ha escapado a la corrupción del mundo, y debemos tener cuidado de no retroceder a esas contaminaciones (1 Corintios 6:9-10; 1 Tesalonicenses 4:7-8).
El estilo de vida mundano gira en torno a la búsqueda de todos nuestros deseos, rechazando de hecho a Dios y elevándonos a la categoría de dioses. El corrupto estilo de vida mundano se guía únicamente por la satisfacción de los deseos personales en lugar de agradar a Dios. La autora Natasha Crain describe brevemente el credo mundano: "Los sentimientos son la última guía, la felicidad es la última meta, juzgar es el último pecado, Dios es la última suposición" (Faithfully Different, Harvest House Publishers, 2022, p. 239). Conocer a Jesús implica reconocer que Él es nuestra única esperanza y vivir para agradar al Padre tal como Él lo hizo, escapando efectivamente de la ideología de la autodeificación.
Los que creen que la salvación puede perderse citan con frecuencia Segunda de Pedro 2:20 como texto de prueba. Sin embargo, una lectura exhaustiva de todo el capítulo y una comparación con el resto de las Escrituras sugieren lo contrario. El enfoque aquí es principalmente en el impacto negativo que los falsos maestros tienen en el cuerpo de Cristo. Incluso los cristianos auténticos pueden tropezar en el pecado, especialmente cuando son recién convertidos (Gálatas 6:1-2). Además, la parábola de Jesús sobre los cuatro tipos de tierra ilustra la diferencia entre el mero asentimiento intelectual y el compromiso de todo corazón. El mero regocijo ante el mensaje es insuficiente si nunca se produce fruto (Mateo 13:1-23).
Podemos entender la ira de Pedro contra los falsos maestros. Los falsos maestros que niegan a Cristo llevan una vida contaminada y engañan a los demás. La responsabilidad de la iglesia es nutrir a los individuos en la verdad, de tal manera que los inconversos se conviertan en creyentes, los cristianos bebés crezcan y los cristianos que crecen mantengan la devoción. Los falsos maestros socavan esta misión con sus falsedades y su conducta impía. Pedro no proporciona ejemplos específicos de las herejías destructivas propagadas por estos falsos maestros, pero podemos entresacar indicios de sus contemporáneos como Pablo, Judas y Juan. Las falsas enseñanzas del primer siglo incluían las siguientes:
- El legalismo, ejemplificado por los judíos que insistían en que la salvación requería la adhesión a ciertas costumbres judías como la circuncisión (Hechos 15:1-29; Gálatas 5:2-4).
- El gnosticismo, que enfatizaba el conocimiento secreto, practicaba el ascetismo y negaba la encarnación de Jesús (Colosenses 2:8-10; 1 Timoteo 4:1-5; 1 Juan 4:1-3).
- El libertinaje y la vida inmoral (Judas 1:3-16).
Analizar las falsas enseñanzas del siglo I sirve de ayuda para evaluar las enseñanzas contemporáneas, con el objetivo de salvaguardarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean de volver a la contaminación del mundo. Cualquiera que niegue o tergiverse la persona y la obra de Jesús, Sus enseñanzas (y, por consiguiente, las de los apóstoles) y su estilo de vida puede ser calificado, con razón, de falso maestro. El aspecto más angustioso de los falsos maestros es cómo conducen a individuos desprevenidos que se están acercando a Cristo de vuelta a un estilo de vida impío. Pedro describe a los que vuelven a las contaminaciones del mundo como "peores", semejantes a una persona limpia que vuelve al fango.
