Respuesta:
Tito 2:12-13 dice que la gracia de Dios nos enseña a que "vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo". Este pasaje identifica la "esperanza bienaventurada" como la gloriosa aparición de Jesucristo, nuestro gran Dios y Salvador.
La palabra bienaventurada puede significar "feliz" o "beneficioso"; nuestra esperanza es "bienaventurada" porque el regreso de Jesús será una experiencia asombrosa y gozosa para el creyente en Cristo. Seremos bendecidos indefinidamente cuando veamos a Cristo. Las pruebas de esta vida habrán terminado, y veremos que "las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse" (Romanos 8:18). La palabra esperanza no comunica incertidumbre, en el sentido de "espero que algo pueda ocurrir", sino que es la gozosa seguridad de que algo ocurrirá. Jesús es nuestra esperanza, y nadie puede quitarnos esa esperanza. "Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5).
La "esperanza bienaventurada", entonces, es la dichosa seguridad de que Dios nos extenderá Sus beneficios y que Jesucristo regresará. Ahora estamos esperando este acontecimiento. Jesús dijo que volvería (Juan 14:3), los ángeles dijeron que volvería (Hechos 1:11), y las epístolas dicen que volverá. Jesús podría volver en cualquier momento por Su iglesia, la que incluye a todos los creyentes en Cristo desde el día de Pentecostés en Hechos 2 hasta el presente. Este evento se llama el rapto. Será anunciado por la voz del arcángel y el llamado de la trompeta de Dios. Los cuerpos de los que han muerto serán resucitados para unirse a sus almas, y luego los cuerpos de los creyentes que aún viven en la tierra serán cambiados en un cuerpo similar al cuerpo de la resurrección del Señor. Los creyentes que hayan resucitado de la muerte y los creyentes que estén vivos al regreso de Cristo, se encontrarán con el Señor en el aire y serán llevados al cielo (cf. 1 Tesalonicenses 4:13-18). Esto sucederá en un abrir y cerrar de ojos (1 Corintios 15:52).
¿Debería esta esperanza bienaventurada del regreso de Cristo tener un efecto en el creyente en Jesucristo? Juan escribió: "Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él [Jesús] es puro" (1 Juan 3:3). El creyente que anticipa el bendito retorno de Cristo buscará vivir una vida de pureza en el poder del Espíritu Santo que mora en él. Todos nos presentaremos ante el Señor y daremos cuenta de cómo vivimos para Él en la tierra (2 Corintios 5:10).
El inminente regreso de Jesús debe motivar al creyente a vivir piadosamente en un mundo impío. La palabra "aguardar" en Tito 2:13 es la clave para que eso suceda. "Aguardar" significa que debemos vivir cada día en continua anticipación y expectativa, con la convicción de que Jesús podría venir en cualquier momento. Esa esperanza se convierte en una realidad transformadora en esta vida, haciendo que Dios sea glorificado a través de nosotros (1 Corintios 10:31). La esperanza bienaventurada nos trae gozo y nos alienta durante las pruebas en este mundo. También debería hacer que nos detengamos y evaluemos nuestros pensamientos, palabras y acciones.