Respuesta:
La frase espíritu del anticristo se encuentra en 1 Juan 4:2-3: "En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo".
Es muy importante entender el contexto de las declaraciones de Juan. Una visión del mundo que predominaba cuando escribió esta carta sugería que había diversos espíritus operando en el mundo. Muchas falsas enseñanzas, religiones misteriosas, experiencias espirituales y variantes del cristianismo estaban apareciendo en ese momento. La atmósfera espiritual no era muy diferente a la que existe en nuestro mundo hoy en día. La gente tenía innumerables opiniones sobre la verdad.
Juan ofreció una solución definitiva para lidiar con esta cantidad de creencias y enseñanzas. Ordenó a sus lectores que prestaran atención y pusieran a prueba los espíritus: "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1 Juan 4:1).
Pero, ¿cómo probamos a los espíritus? ¿Cómo podemos discernir qué maestros están impartiendo la verdad? ¿Cómo reconocemos el espíritu del anticristo?
Estos "espíritus" de los que hablaba John no eran simplemente seres sin cuerpo y sobrenaturales. Juan enseñó que un profeta o maestro era el verdadero portavoz de un espíritu. Las doctrinas espirituales se promulgan por medio de portavoces humanos. Los maestros de la verdad están llenos del Espíritu de Dios y por lo tanto son agentes que hablan en nombre de Dios. Los maestros de la falsedad están difundiendo "doctrinas de demonios" (1 Timoteo 4:1).
Por lo tanto, la primera prueba se relaciona con la teología o la doctrina: "Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios" (1 Juan 4:2). Podemos preguntarnos, ¿el contenido de la enseñanza de la persona reconoce que Jesucristo, completamente Dios y completamente humano, ha venido en carne? Si la respuesta es sí, entonces sabemos que el Espíritu de Dios inspira a esa persona. Si no es así, se debe rechazar toda su enseñanza. Esta prueba en particular era especialmente acertada en los días de Juan, pues la herejía del gnosticismo era cada vez más predominante; el gnosticismo enseñaba que Jesús solamente tenía un cuerpo humano pero que en realidad no era una persona de carne y hueso.
Luego, Juan dice: "y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo" (1 Juan 4:3). Cualquiera que no reconozca a Jesucristo como la Biblia lo presenta, está inspirado por el espíritu del anticristo.
La palabra anticristo significa "contra Cristo". Las personas que dicen que Jesús no procede de Dios son controladas por el espíritu del anticristo. Satanás se opone a Cristo, y desea engañar a la gente con una visión falsa sobre quién es Jesús. El espíritu del anticristo enseña contra Cristo. Tergiversar la verdad sobre Jesucristo es pervertir el evangelio. Satanás opera para propagar mentiras sobre Cristo y mantener a la gente en la oscuridad: "Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo" (2 Juan 1:7).
El espíritu del anticristo son las aves que comen las semillas a lo largo del camino en la parábola de Jesús (Marcos 4:4, 15). Es "el dios de este siglo" quien ciega las mentes de los incrédulos, impidiéndoles ver "la luz del evangelio de la gloria de Cristo" (2 Corintios 4:4). Es "el padre de la mentira" (Juan 8:44). El espíritu del anticristo es "el gran dragón... que engaña al mundo entero" (Apocalipsis 12:9).
La Biblia enseña que el mundo finalmente tendrá un gobernante mundial, llamado "la bestia" en el Apocalipsis, que ejercerá un gran poder y exigirá que se le adore. Tendrá una "boca que hablará grandes cosas y blasfemias" (Apocalipsis 13:5) y tiene el poder de Satanás (Apocalipsis 13:2). Se le llama "el hombre de pecado... el hombre condenado a la destrucción" en 2 Tesalonicenses 2:3. Este último Anticristo será la culminación de las obras perversas de Satanás durante los siglos. El Anticristo del final de los tiempos encarnará todo el engaño y la perversión de la verdad que el espíritu del anticristo siempre ha promovido. Hoy en día, "ya está en acción el misterio de la iniquidad" (2 Tesalonicenses 2:7). El mismo espíritu que dará poder al Anticristo para los últimos tiempos, está operando actualmente en el mundo para traer confusión y engaño con respecto al tema de la persona y la obra de Jesucristo. "Este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo" (1 Juan 4:3).
A pesar de la dominante influencia del espíritu del anticristo, no hay necesidad de temer. Como nos recuerda Juan, el Espíritu de la verdad habita en todos los creyentes y brinda protección contra el espíritu del anticristo: "Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4).
Existen algunas formas prácticas para distinguir el falso espíritu del anticristo del verdadero Espíritu de Dios: "[Los falsos profetas] son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error" (1 Juan 4:5-6). Los que están influenciados por el espíritu del anticristo son del mundo. Tienen los mismos valores que el mundo; por lo tanto, el mundo los escucha. Los que reconocen a Cristo tienen Su espíritu de verdad, y reciben el mensaje de los apóstoles. El evangelio que los apóstoles predicaron nunca es popular en el mundo, pero es ese mismo evangelio el que tiene el poder de salvar, a través del Espíritu de verdad de Dios (Romanos 1:16).
La tarea del creyente es probar cuidadosamente los espíritus (1 Juan 4:1). Debemos ser "prudentes como serpientes, y sencillos como palomas" (Mateo 10:16). No debemos aceptar automáticamente el mensaje de cualquier predicador o maestro simplemente por su reputación o títulos, sino que tenemos que escuchar con cautela su cristología. Lo que dicen sobre Jesús es de suma importancia.