Pregunta: ¿Cómo una mala esposa puede ser como carcoma en los huesos de su marido (Proverbios 12:4)?
Respuesta:
El conocimiento y los principios morales que se exponen en Proverbios tienen por objeto informar y equipar a los jóvenes para que tomen decisiones sabias en la vida. Dios nos creó para que viviéramos en familia y disfrutáramos al máximo del gozo, el propósito y la plenitud de estas relaciones sólidas. Por lo tanto, elegir una pareja para el matrimonio es una de las decisiones más importantes de nuestra vida. En Proverbios 12:4, Salomón anima a los jóvenes a buscar una esposa de carácter noble: "La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos".
Una esposa "virtuosa" es una mujer piadosa y capaz. En el hebreo original, esta palabra describe rasgos de carácter deseables, valiosos, útiles y dignos. El mismo término describe a Rut (Rut 3:11) y a la mujer virtuosa que aparece en Proverbios 31:1-10. Salomón dice que una mujer con tales cualidades es "corona de su marido". Muchas veces en las Escrituras, una corona simboliza bendición, dignidad y honor (Proverbios 4:9; 14:24; 16:31; 17:6; Isaías 28:5; 62:3). El joven sabio seleccionará una esposa basándose en la excelencia de su carácter, y ella le traerá bendiciones, respeto y honor.
Por otro lado, una esposa que "avergüenza (NBLA)" no tiene fuerza moral, dignidad ni un carácter firme. Salomón afirma que una esposa así es como carcoma para los huesos de su marido. "Carcoma" se relaciona con podredumbre, hedor, putrefacción y muerte. La palabra hebrea original se utiliza para describir una prenda con polilla (ver Job 13:28) o madera podrida que se desmorona fácilmente (ver Job 41:27). Una esposa que avergüenza arruina a su marido gradualmente de adentro hacia afuera. Puede parecer hermosa por fuera, pero ningún atractivo físico puede compensar la falta de integridad moral de una mujer. En lugar de edificar su hogar, a su marido y a su familia, los destruye poco a poco, desde dentro, con sus propias manos (Proverbios 14:1). Una esposa a la que le gusta discutir es como una "gotera continua", explica Salomón (Proverbios 19:13). Por muy hermosa que sea, la mujer pendenciera, gruñona y quejumbrosa agota la paciencia de su marido hasta que este ya no soporta estar cerca de ella (Proverbios 21:19; 25:24; 27:15-16).
La Nueva Traducción Viviente expresa así Proverbios 12:4: "Una esposa digna es una corona para su marido, pero la desvergonzada es como cáncer a sus huesos". La insoportable humillación que soporta un marido a causa de las faltas morales de su esposa le debilita lentamente y acaba incapacitándole como si fuera un cáncer sin tratar. Se descompone de adentro hacia afuera mientras ella lo arrastra, lo frena y obstaculiza su progreso. Su efecto es muy parecido al de una enfermedad terrible y debilitante. En lugar de bendiciones, dignidad y honor, ella le lleva a la vergüenza, la agonía y el fracaso.
La verdadera belleza de una mujer se cultiva en el interior. Los jóvenes sabios buscan más que la "belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante", una "belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios. Así es como lucían hermosas las santas mujeres de la antigüedad. Ellas ponían su confianza en Dios y aceptaban la autoridad de sus maridos" (1 Pedro 3:3-5, NTV; ver también 1 Timoteo 2:9-10).
Una esposa que avergüenza a su marido lo pudre hasta los huesos, porque le causa un profundo sufrimiento y dolor. Al final, se convierte en su perdición. Pero una esposa de carácter noble es un don de Dios. "La mujer prudente viene del Señor" (Proverbios 19:14). Es un tesoro valioso, "su valor supera en mucho al de las joyas. En ella confía el corazón de su marido, y no carecerá de ganancias. Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida" (Proverbios 31:10-12).
