Pregunta: ¿Por qué dice Jesús que "La generación mala y adúltera demanda señal" (Mateo 12:39)?
Respuesta:
Mientras Jesús viajaba ministrando con Sus discípulos, realizó muchos milagros, señales y prodigios. Estas señales eran evidencia de Su autoridad divina, haciendo que muchos creyeran en Su mensaje y respondieran a Él con fe. Pero los fariseos, que también presenciaron estas señales, estaban llenos de maldad e incredulidad, e "hicieron planes contra Él, para ver cómo lo podrían destruir" (Mateo 12:14, NBLA). Cuando le pidieron a Jesús una señal para probar que Él era el Mesías, el Señor vio más allá de sus palabras, sus corazones traicioneros e incrédulos. Jesús respondió, "La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás" (Mateo 12:39).
En Mateo 16:1-4 ocurrió algo parecido. Los fariseos y saduceos vinieron a probar a Jesús, "y le pidieron que les mostrase señal del cielo" (versículo 1). Una vez más, Jesús confrontó su incredulidad, notando que podían interpretar los signos meteorológicos, pero "las señales de los tiempos no podéis La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás" (Mateo 16:2-4).
La "señal del profeta Jonás" es una referencia a la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo (ver Mateo 12:40; cf. Jonás 1:17). Los líderes religiosos ya tenían más que suficientes pruebas de la identidad de Jesucristo. Conocían las profecías mesiánicas que Cristo estaba cumpliendo. Habían visto con sus propios ojos Sus milagros de sanidad y las liberaciones realizadas. ¿Qué más podía hacer si estas señales no eran prueba suficiente? Nada, concluyó Jesús. El hecho de que siguieran buscando una señal demostraba la dureza de sus corazones incrédulos. La única señal definitiva que podrían aceptar para validar la autoridad de Cristo sería Su triunfo sobre la muerte en la cruz (Romanos 6:9; 2 Timoteo 1:10). Probablemente, los fariseos no comprendieron lo que Jesús quiso decir en aquel momento, pero podrían haber recordado y entendido Sus palabras después de la resurrección.
Las Escrituras enseñan que es sabio poner a prueba la legitimidad de una persona que afirma ser profeta de Dios (1 Juan 4:1). Jesús no estaba diciendo que sea malo o incorrecto buscar una señal. Dios dio señales a Moisés (Éxodo 4:1-9) y a Gedeón (Jueces 6:11-22) para validar Su Palabra. Instó al rey Acaz, ""Pide para ti una señal del Señor tu Dios que sea tan profunda como el Seol o tan alta como el cielo"" (Isaías 7:11, NBLA; ver también Isaías 7:10-25). Las señales milagrosas son a veces el catalizador que despierta la fe y la confianza de una persona en Jesús (ver Juan 2:23; 11:45). Dios da señales para ayudar a quienes luchan por creer (Juan 4:43-54).
El propósito de una señal divina es siempre llevar a las personas a responder al mensaje de Dios con fe. Los escribas y fariseos pidieron una señal para engañar a Jesús y finalmente destruirlo. Por esta razón, Jesús les dijo: "La generación mala y adúltera demanda señal". Él percibió la rebelión e incredulidad en sus corazones. Además, Jesús reconoció a estos hombres como portavoces de toda una generación de gente infiel e incrédula.
El término generación adúltera se refiere al concepto del Antiguo Testamento de que el adulterio o la infidelidad sexual, en un sentido espiritual, equivale a la apostasía o la idolatría (ver Jeremías 3:20; Isaías 57:3; Ezequiel 16:32; Oseas 1—3). Jesús dijo: "Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles" (Marcos 8:38). Santiago escribió: "¡Adúlteros! ¿No se dan cuenta de que la amistad con el mundo los convierte en enemigos de Dios? Lo repito: si alguien quiere ser amigo del mundo, se hace enemigo de Dios" (Santiago 4:4, NTV). Dios considera que Su unión espiritual con Su pueblo es tan íntima y exclusiva como el vínculo entre esposo y esposa (ver Ezequiel 16:8; Isaías 54:5; Jeremías 3:14; 31:32; Efesios 5:31-32).
Las personas creyentes de corazón fiel pueden recibir una señal de Dios para confirmar Su Palabra (Hebreos 2:3-4; Marcos 16:20); para asegurarles Su presencia (Éxodo 3:1-5); para demostrar Su poder (Jeremías 32:21); para advertirles contra la rebelión (Números 17:10; 1 Samuel 2:34); y para alentarlos (Deuteronomio 7:17-19; Mateo 2:9-10). Los incrédulos no sinceros de la "generación mala y adúltera demanda señal" en los días de Jesús buscaban una señal, pero no se les dio ninguna, excepto la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo.
