Pregunta: ¿Cuál fue el mensaje de Jesús a la iglesia de Pérgamo en el Apocalipsis?
Respuesta:
Apocalipsis 2:12-17 continúa con el tercero de siete mensajes a las iglesias de Asia Menor (la actual Turquía) durante la época del apóstol Juan. Cada uno de estos mensajes incluye una palabra específica a una iglesia específica, pero también hay lecciones aplicables a la vida de los creyentes de hoy. Esta tercera carta se dirige a los creyentes de Pérgamo, que era una ciudad hermosa y llena de arte de la provincia de Asia construida a lo largo de dos afluentes del río Caicus. Pérgamo era un centro de culto a Dionisio, Zeus y otros dioses paganos.
El mensaje a la iglesia de Pérgamo era del Señor Jesucristo, dirigido específicamente al "ángel" (o "mensajero") de la iglesia: "Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos" (Apocalipsis 2:12). Este no era un mensaje de Juan a los creyentes de Pérgamo; era un mensaje de Jesucristo. La representación de Jesús sosteniendo una espada afilada de dos filos se refiere a la disposición del Señor para traer el juicio (cf. Apocalipsis 1:16).
En primer lugar, Jesús afirma las acciones positivas de la Iglesia: "Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás" (Apocalipsis 2:13). Los creyentes de Pérgamo vivían en un lugar difícil, rodeados de influencias paganas, pero se aferraron al nombre de Cristo y no renegaron de Él en los momentos difíciles.
Un cristiano de Pérgamo llamado Antipas es mencionado como "testigo fiel". La tradición eclesiástica dice que Antipas era un médico sospechoso de propagar secretamente el cristianismo. Los esculapios (miembros del gremio médico) acusaron a Antipas de deslealtad al César. Al ser condenado a muerte, Antipas fue colocado dentro de un toro de cobre, que luego fue calentado sobre el fuego hasta que estuvo al rojo vivo.
Sin embargo, la iglesia no era perfecta, y Jesús tomó nota de su pecado: "Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas" (Apocalipsis 2:14-15). La "doctrina de Balaam" se explica en el contexto, ya que los cristianos comían alimentos sacrificados a los ídolos (compromiso religioso) y cometían inmoralidad sexual (compromiso moral). La obra engañosa del Balaam original se describe en Números 25:1-3 y Números 31:15-16. Los nicolaítas solo se mencionan en Números 25:1-3 y Números 31:15-16. Los nicolaítas solo se mencionan en esta carta y en la carta a la iglesia de Éfeso (Apocalipsis 2:6). Probablemente, eran un grupo similar a los que sostenían las enseñanzas de Balaam, aunque se desconoce la naturaleza exacta de su doctrina y práctica.
Luego, Jesús hace un llamado para que se arrepientan de sus pecados: "Por tanto, arrepiéntete" (Apocalipsis 2:16). Nuestro Señor odia el compromiso religioso y moral. Llama a su pueblo a vivir de otra manera.
Jesús señala el juicio que tendría lugar si la iglesia de Pérgamo no se arrepentía: "vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca" (Apocalipsis 2:16b). Los nicolaítas y los que enseñaban el error de Balaam serían destruidos, junto con sus seguidores, de la congregación de Pérgamo. Jesús desea pureza entre Su pueblo, y nosotros tenemos la responsabilidad de eliminar a los falsos maestros de la iglesia.
Jesús hace una última promesa a los creyentes de Pérgamo: "Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe" (Apocalipsis 2:17). Las tres bendiciones son el maná escondido, una piedra blanca y un nombre nuevo. La explicación exacta de estos tres elementos es discutida; sin embargo, las tres bendiciones deben referirse al reinado victorioso del creyente con Cristo, en consonancia con las bendiciones otorgadas a las otras seis iglesias de Apocalipsis 2-3. El "maná escondido" es probablemente una alusión al maná escondido en el Arca del Pacto, representante de la presencia y el sustento fieles de Dios. La "piedra blanca" podría ser una referencia a las piedras utilizadas para entrar en los actos del templo en la antigüedad o a una de las piedras del pectoral del sumo sacerdote (Éxodo 28:21), aunque el significado exacto de la piedra es incierto.
