Pregunta: ¿Qué significa "Largura de días" en Proverbios 3:16?
Respuesta:
La mayoría de la gente sueña con vivir una vida larga y con sentido. Según la Biblia, adquirir sabiduría de Dios es el camino para cumplir ese deseo. El libro de los Proverbios personifica la sabiduría como una mujer que ofrece larga vida: "Largura de días está en su mano derecha" (Proverbios 3:16). La frase largura de días se refiere a una persona que vive muchos años. Otras traducciones bíblicas expresan la idea más directamente, diciendo: "Larga vida hay en su mano derecha" (NBLA), "Con la mano derecha, te ofrece una larga vida" (NTV), "Con la mano derecha ofrece larga vida" (NVI).
La sabiduría es un atributo comunicable de Dios, lo que significa que Él la comparte generosamente con la gente (Romanos 16:27; Salmo 51:6). La sabiduría de Dios es una combinación de Su conocimiento perfecto y Sus acciones santas. Es decir, Él determina los mejores resultados y las formas correctas de conseguirlos, todo ello de acuerdo con Su carácter justo (Salmo 89:14; 1 Pedro 1:1).
Del mismo modo, la sabiduría que Dios da a las personas combina comprensión y aplicación, ya que está arraigada en el corazón y la mente, pero se expresa plenamente en la práctica (por ejemplo, Mateo 7:24-27). La sabiduría que Dios da reside en el corazón de una persona (Salmo 90:12), lo que significa que es fundamental para la vida interior de la persona que la recibe, pues influye en sus emociones, su intelecto y su voluntad. Sin embargo, la sabiduría también es práctica. Santiago lo recalca cuando escribe: "¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre" (Santiago 3:13). Por tanto, la sabiduría solo se alcanza plenamente en las acciones que la propia sabiduría engendra (Mateo 11:19).
Proverbios 3:16 describe figurativamente la generosidad de Dios, diciendo que la largura de los días "está en su mano derecha". La realidad que encierra la imagen poética de una mano es la voluntad de Dios de impartir sabiduría a quienes se la pidan. Confirmando esta invitación, Santiago 1:5 insta a la gente a orar pidiendo sabiduría: "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" (Santiago 1:5). Estos versículos enseñan que Dios está dispuesto a dar generosamente sabiduría a Su pueblo.
En Proverbios 3, la frase largura de días aparece por primera vez al principio del capítulo: "Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán" (Proverbios 3:1-2). El mensaje de estos versículos complementa lo que dice Proverbios 3:16 sobre la "Largura de días", porque describen lo que implica la sabiduría: la obediencia a Dios. Asimismo, el Salmo 111:10 (NBLA) relaciona la sabiduría con la obediencia: "El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen entendimiento tienen todos los que practican Sus mandamientos".
El Espíritu Santo imparte sabiduría (1 Corintios 2:5-16), pero las personas pueden recibirla de distintas maneras. Una forma básica en que los cristianos adquieren sabiduría hoy en día es mediante la lectura y la aplicación de la Biblia (2 Timoteo 3:15-17; por ejemplo, Salmo 119:99-100). Otra forma en que los cristianos pueden obtener sabiduría es mediante el consejo de personas piadosas (Proverbios 11:14; p. ej., Éxodo 18:17-18). Además, Dios da sabiduría a las personas como respuesta a la oración (Colosenses 1:9-11; p. ej., 1 Reyes 3:9-12).
El concepto de que la sabiduría de Dios da como resultado largura de días y llena de sentido es un proverbio, no una promesa. Esto significa que el resultado suele ser cierto, pero no está garantizado que lo sea. En un mundo caído, a veces las personas injustas y necias viven hasta la vejez (por ejemplo, Salmo 37:1-2, 7; 49:16-20) y los justos mueren jóvenes. Sin embargo, lo que trasciende el número de días y años que vive una persona es la vida que Jesucristo ofrece a las personas. Él dijo: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10). Para los que han respondido con fe al Evangelio, las palabras de Jesús sobre tener una vida abundante en Él no son verdad a veces-no son una afirmación generalizada como un proverbio-, sino una promesa eterna.