Respuesta:
La frase levantad vuestras cabezas en el Salmo 24:7 está describiendo la alabanza de Israel en un momento específico de su historia: "Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria".
Es muy probable que David escribiera el Salmo 24 después de que el arca del pacto regresara a Jerusalén. Los filisteos se habían apoderado del arca hacía más de veinte años. En esa misma época, muchos israelitas fueron asesinados, entre ellos los dos hijos de Elí, el sumo sacerdote. Al recibir la noticia, Elí quedó tan horrorizado que cayó muerto. Angustiada por la pérdida de su suegro y de su marido, la nuera de Elí llamó a su hijo recién nacido Icabod diciendo: "Traspasada es la gloria de Israel; porque ha sido tomada el arca de Dios" (1 Samuel 4:22). La celebración del rey David en el Salmo 24 es por el regreso del arca, porque simbolizaba el retorno de la presencia de Dios a Israel.
David comienza el salmo proclamando la soberanía de Dios sobre toda la tierra. Dios creó todas las cosas, sostiene todas las cosas y merece toda la gloria. David recuerda al pueblo de Israel que debe arrepentirse de su idolatría y volver a Dios para restablecer la comunión con Él. En esta época de pacto, estas acciones eran necesarias para entrar en el tabernáculo y recibir la bendición de Dios.
Luego David escribe: "Alcen, oh puertas, sus cabezas, álcense, puertas eternas, para que entre el Rey de la gloria" (Salmo 24:7, NBLA). En este versículo, David pinta un cuadro de la entrada triunfal de un rey y personifica las puertas de Jerusalén. Las puertas representan a los habitantes de Jerusalén. Con esto en mente, David invita a toda la ciudad a celebrar el regreso del arca y la llegada del Rey de la gloria (Salmo 24:8).
La orden de David de que las puertas "alcen sus cabezas" también dibuja la imagen de una compuerta de rejas, una pesada puerta levantada verticalmente por un sistema de poleas. David afirma que las puertas eran demasiado bajas para un Rey tan magnífico y glorioso, por lo que debían elevarse en señal de reverencia hacia Él. Cuando el arca se acercó a las puertas, la gente levantó la compuerta, lo que hizo que la parte superior de la puerta sobresaliera por encima de los muros. Esto hizo que las puertas, en cierto sentido, "levantaran la cabeza". Incluso las puertas adoptaban una postura de alabanza al Rey. Además, en la antigua cultura oriental, la gente a veces quitaba las puertas de sus bisagras para dar la bienvenida a los invitados (Spurgeon, C. H., Tesoro de David, Exposición del Salmo 24). Así pues, levantar las puertas de la ciudad en el Salmo 24:7 es coherente con los métodos culturales y la forma de mostrar una sincera hospitalidad.
El Salmo 24:7 también prefigura la venida del Rey de la gloria, Jesucristo, a Jerusalén siglos más tarde. Jesús, llamado el "Señor de gloria" en 1 Corintios 2:8, llegó a Jerusalén como uno que es "limpio de manos y puro de corazón" (Salmo 24:4) y podría llamarse con razón "el Señor Todopoderoso... el Rey de la gloria" (Salmo 24:10).
En todo el Salmo 24, David se centra tanto en la postura del corazón ante Dios como en la postura física de las puertas cuando el arca del pacto entra en la ciudad. Tanto las puertas de la ciudad como la postura del corazón de la gente debían estar abiertas para acoger al Rey de gloria. Al igual que los israelitas del Salmo 24 acogieron la presencia de Dios cuando el arca regresó a Jerusalén, nosotros podemos acoger a Dios en nuestras vidas mediante la fe en la muerte y resurrección de Cristo. ¡Que todos alcemos nuestras cabezas en alabanza a nuestro Rey eterno!