Pregunta: ¿Qué significa ser llamado según Su propósito (Romanos 8:28)?
Respuesta:
Uno de los versículos bíblicos más citados y profundamente atesorados del Nuevo Testamento es Romanos 8:28: "Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos" (Romanos 8:28, NTV).
A veces, cuando la vida se complica, cuando atravesamos dificultades o sufrimientos, podemos empezar a sentirnos espiritualmente perdidos. Seguimos lidiando con tentaciones, maldad, desgracias, presiones y miedos en este mundo caído. Por eso, debemos reforzar quiénes somos y comprender lo que nos está pasando. En Romanos 8:18-30, el apóstol Pablo anima a los creyentes a aferrarse a la esperanza y a las promesas de Dios en estos tiempos. Recuerda que Dios actúa sin cesar en la vida de quienes lo aman, llevando a cabo soberanamente Su plan redentor. La vida cristiana no es una existencia aleatoria, involuntaria y casual. Como hijos de Dios, los creyentes son llamados a una nueva vida de cumplimiento de Sus buenos propósitos para ellos.
La palabra traducida aquí como "llamado" indica una convocatoria en el griego original. Identifica a alguien cuya participación o presencia se ha solicitado oficialmente, especialmente una convocatoria a la que no se puede negarse, como en una citación. Muchos pasajes bíblicos hablan del llamado del creyente: "Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor" (1 Corintios 1:9; ver también 1 Corintios 7:17; Gálatas 1:15; Efesios 4:1, 4). Pablo explica a Timoteo que Dios "nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos" (2 Timoteo 1:9).
Incluso antes de crear el mundo, "Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo" (Efesios 1:4-5, NTV). Dios nos ha llamado a una relación con Jesucristo con el propósito de que seamos "conformes a la imagen de su Hijo" (Romanos 8:29). El propósito de Dios al llamarnos es doble: para nuestro bien y para Su gloria (2 Tesalonicenses 2:13-14; 1 Pedro 2:9).
El sustantivo propósito en Romanos 8:28 significa "intención; un resultado anticipado que se pretende o que guía las acciones planeadas". En la vida cristiana, el propósito de Dios es la fuerza que guía, la realidad más crítica. A veces, el propósito de Dios incluye sufrimiento y frustración (Romanos 8:17). Sin embargo, Pablo asegura que "Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Filipenses 2:13).
Podemos estar seguros de que Dios es soberano. Él actúa en todas las circunstancias de la vida. Su voluntad y propósito lo controlan todo en Su plan eterno (Efesios 1:11; 3:11). Los que aman a Dios y son llamados según Su propósito pueden saber que no se le escapa ni una sola cosa en esta vida. Cuando pertenecemos a Jesús, nada nos puede suceder fuera del plan de Dios para nuestro bien.
Dios está trabajando continuamente en los corazones y las vidas de las personas que le aman y son llamadas según Su propósito. El Señor hace que todo encaje para nuestro bien y Su gloria. Apoyarse en esta sólida verdad replantea nuestras dificultades. Podemos afrontarlas con confianza, confiando en que cada desafío forma parte del plan definitivo de Dios para transformar nuestra vieja naturaleza en lo que Él se ha propuesto que seamos: "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Corintios 3:18; ver también Efesios 4:22-24; Colosenses 3:9-10).