Pregunta: ¿Qué podemos aprender del agricultor que espera la lluvia temprana y tardía (Santiago 5:7)?
Respuesta:
Santiago anima a sus lectores a la acción. Uno de los motivos de esa acción es su esperanza en el futuro. Santiago ilustra el punto, queriendo que aprendamos del agricultor: "Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía" (Santiago 5:7).
Santiago anima a los que atraviesan circunstancias difíciles (Santiago 1:3, 9) y reprende a los que viven mal y, sin embargo, disfrutan de riquezas (Santiago 1:10-11; 5:1-6). Exhorta a sus hermanos a ser pacientes hasta la venida del Señor (Santiago 5:7a). Las injusticias que son evidentes en un mundo caído no se resolverán del todo hasta entonces. Por eso Santiago quiere que la gente aprenda y crezca de sus dificultades, e incluso que se alegre de ellas. Soportar las pruebas y las circunstancias difíciles producirá fruto en la vida de los creyentes y les ayudará a perseverar hasta que se cumpla lo prometido.
Santiago ilustra la necesidad y los beneficios de la paciencia con el ejemplo del agricultor. El agricultor tiene que trabajar con diligencia para preparar el terreno y plantar la semilla. El agricultor tiene que esperar pacientemente la lluvia temprana y la tardía, es decir, las lluvias de otoño y primavera. Sin ninguna de estas lluvias estacionales, la semilla no crecería sana. El agricultor depende de las lluvias y no puede hacer nada para acelerarlas. El agricultor debe ser paciente durante todo el proceso, con la esperanza de que caiga la lluvia adecuada y se produzca el crecimiento que la lluvia permite. De la misma manera, debemos esperar pacientemente la venida del Señor. Debemos ser pacientes. También necesitamos fortalecer nuestros corazones y estar preparados, porque Su venida es inminente (Santiago 5:8). Santiago recuerda a sus lectores que el Juez está a la puerta (Santiago 5:9).
Junto con la ilustración del agricultor, Santiago ofrece otros ejemplos de paciencia. Habla de los profetas que esperaron pacientemente en el Señor (Santiago 5:10). Recuerda a Job y la notable resistencia que demostró (Santiago 5:11). Por último, Santiago relata cómo Elías fue paciente, y suplicó al Señor, y el Señor le escuchó (Santiago 5:17-18). En este último ejemplo, reconocemos que esperar pacientemente no es necesariamente esperar pasivamente. Santiago nos anima a orar (Santiago 5:14-18).
Aunque se nos exhorte a la paciencia, debemos orar activamente. Cuando Pablo exhorta a los creyentes tesalonicenses sobre la inminente venida del Señor (1 Tesalonicenses 4:13-17) y el día del Señor que le seguiría (1 Tesalonicenses 5), anima a los creyentes a no dormir, sino a estar alerta y ser sobrios (1 Tesalonicenses 5:6). Mientras nos preparamos para los próximos días finales, debemos estar siempre regocijándonos (1 Tesalonicenses 5:16) y siempre orando y agradecidos (1 Tesalonicenses 5:17-18).
Lo que Santiago y Pablo desean ver de sus lectores, y de nosotros, es que tengamos una mentalidad similar a la del agricultor, que es activo y espera pacientemente la obra de Dios y el cumplimiento del crecimiento. Pablo entiende que el agricultor no solo tiene paciencia, sino que trabaja arduamente y debe ser el primero en recibir de sus cultivos (2 Timoteo 2:6). Santiago sabe que hay mucho que podemos aprender del agricultor que espera la lluvia temprana y tardía. Ese agricultor confía en Dios para proveer y hace todo lo posible para asegurar que la tierra y las semillas están listas. Diligencia, paciencia y confianza son cosas que podemos aprender del agricultor que espera la lluvia temprana y tardía.
