Pregunta: ¿Qué significa que lo que no proviene de fe, es pecado (Romanos 14:23)?
Respuesta:
En la iglesia primitiva, algunos creyentes luchaban con el problema del compromiso con el mundo, específicamente con respecto a los alimentos que comían. Pablo estaba convencido "en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo" (Romanos 14:14), pero algunos creyentes no podían comer carne sacrificada a los ídolos con la conciencia tranquila. Pablo enseñó que cada creyente debe tener y seguir convicciones bíblicas sobre asuntos discutibles. Cuando no podemos hacer algo con la conciencia tranquila, no debemos hacerlo, porque lo que no es de fe es pecado, o, según explica la Traducción en lenguaje actual, "lo que se hace en contra de lo que uno cree, es pecado" (Romanos 14:23).
Comer carne no es un pecado. De hecho, "todas las cosas a la verdad son limpias" (Romanos 14:20). La cuestión de comer o no comer ciertos alimentos es discutible. Como seguidores de Cristo, debemos estudiar la Palabra de Dios y ser guiados por el Espíritu Santo (Juan 16:13; Romanos 8:14) para que nuestras doctrinas y convicciones se ajusten a la verdad de Dios. Santiago 4:17 nos dice: "y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado". Para asuntos que están claramente definidos en las Escrituras, debemos seguir la guía dada. Para asuntos discutibles o áreas grises, debemos vivir según nuestras convicciones, siguiendo el principio de que todo lo que no es de fe es pecado. La Nueva Biblia Viva lo expresa así: "Pero si piensa que pudiera ser malo comer algo, al comerlo se condena, ya que lo hace sin estar convencido. Cualquier cosa que se haga fuera de lo que uno cree que es correcto, es pecado" (Romanos 14:23).
Algunas personas tratan las áreas grises con extremo cuidado, mientras que otras las abordan con más libertad. Algunos pueden decir que es pecado ir al cine o vestir cierta ropa, mientras que otros no tienen problemas con esas actividades. La vida de un creyente se caracteriza por buscar agradar y glorificar a Dios (1 Corintios 10:31; Colosenses 3:23). El Espíritu Santo también vive en los creyentes (2 Timoteo 1:14). Con respecto a asuntos discutibles, lo que no es de fe es pecado. Es decir, si nuestra conciencia produce culpa, debemos abstenernos de esa actividad. No importa si otros dicen que la actividad es permisible; debemos elegir seguir nuestras propias convicciones, porque "el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado" (Romanos 14:23). En otras palabras, si no estás completamente convencido de que lo que estás haciendo es bueno, no lo hagas. No actúes contra una conciencia dudosa, porque lo que no es de fe es pecado.
No todas las cosas son beneficiosas (1 Corintios 10:23), incluso si no son pecaminosas, y los creyentes buscarán hacer solo aquellas cosas que agraden a Dios y edifiquen a sus hermanos y hermanas en Cristo. Lo que no es de fe es pecado. Colosenses 1:10 presenta un buen principio de guía: "Anden como es digno del Señor, haciendo en todo, lo que le agrada" (NBLA). Cuando surge un asunto que no está específicamente mencionado en las Escrituras, debemos considerar los principios bíblicos para ayudarnos a determinar si agradará a Dios. Debemos preguntarnos a nosotros mismos, ¿estamos buscando complacernos a nosotros mismos o a Dios (Colosenses 3:1-4; 2 Timoteo 2:4; 2 Corintios 5:14-15; Gálatas 5:16-18)? ¿Es la actividad adictiva (1 Corintios 6:12; Efesios 5:18)? ¿Se mantendrá mi testimonio cristiano (1 Timoteo 4:12; Colosenses 4:5)? ¿Me edificará a mí y a otros para la piedad (1 Tesalonicenses 5:11; 1 Corintios 10:23)? Nuestras convicciones deben ser moldeadas para obedecer a Cristo, y entonces no debemos ir en contra de ellas. "Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba" (Romanos 14:22).