Respuesta:
El mapeo espiritual es una técnica relativamente nueva para intentar identificar dónde están trabajando los demonios para después atacarlos. El mapeo espiritual presupone la existencia de "espíritus territoriales", el concepto de que ciertos demonios gobiernan sobre ciertas áreas geográficas. Una vez identificado un espíritu territorial, se traza un mapa de su territorio, y luego se enfrenta al espíritu en batalla. Por ejemplo, algunos cristianos intentan luchar contra el "espíritu de avaricia" que gobierna sobre una ciudad rica en casinos o el "espíritu de lujuria" que tiene poder sobre el distrito rojo de una ciudad.
Algunos promotores del mapeo espiritual identifican tres niveles de guerra: la guerra "a nivel de suelo", que implica expulsar demonios de individuos; la guerra "a nivel de ocultismo", que aborda la maldad espiritual más organizada; y la guerra "a nivel estratégico", que lucha directamente contra los "espíritus territoriales" en un área geográfica más amplia. Se cree que los espíritus territoriales responden directamente a Satanás y son responsables de coordinar todas las actividades demoníacas dentro de su jurisdicción. A veces, estos espíritus territoriales de alto nivel se llaman el "hombre fuerte" de un área, y el objetivo de los cartógrafos espirituales es "atar al hombre fuerte".
La Biblia no enseña nada sobre el mapeo espiritual. Cualquiera que enseñe la necesidad del mapeo espiritual lo está haciendo sin garantía bíblica. La Biblia nunca instruye a los cristianos a buscar demonios para enfrentarlos en batalla, y nunca categoriza a los demonios como espíritus "de lujuria" o "de avaricia", etc. La idea de "atar al hombre fuerte" proviene de una mala aplicación de la parábola de Jesús en Marcos 3:27 (según la parábola, Jesús es el que "ata", no nosotros).
El mapeo espiritual se practica generalmente entre aquellos que están involucrados en el "ministerio apostólico" y que afirman que los dones y roles apostólicos están siendo restaurados en la iglesia hoy. Sin embargo, las Escrituras son claras, el papel de los apóstoles fue establecer los fundamentos de la iglesia (Efesios 2:19–20), y los fundamentos solo necesitan ser establecidos una vez. No hay apóstoles hoy. El mapeo espiritual también se asocia con la teología del dominio o la reconstrucción cristiana, que busca instaurar la plenitud del reino de Dios en todo el mundo.
A los cristianos se les dice que resistan al diablo y él huirá (Santiago 4:7) y que se mantengan firmes contra los planes del diablo utilizando la armadura de Dios (Efesios 6:10–18). Nuestras armas de guerra son la Palabra de Dios y la oración (Efesios 6:17–18). La batalla pertenece al Señor (Proverbios 21:31), y él ya ha derrotado a Satanás y a los gobernantes malvados de este mundo (Juan 12:31). El Cuerpo de Cristo está seguro y no necesitamos temer a los demonios. Tampoco necesitamos nombrarlos, hablar con ellos o mapearlos.