Pregunta: ¿Es cierto que "mi Dios proveerá todas mis necesidades" (Filipenses 4:19, NBLA)?
Respuesta:
Filipenses 4:19 (NBLA) dice: "Y mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús". Esta afirmación es una poderosa declaración de la abundante provisión de Dios para los creyentes. Puede que no tengamos todo lo que deseamos, pero Dios nos ha bendecido con todo lo que necesitamos.
Para comprender por qué puedes confiar en que Dios suplirá tus necesidades, primero debes reconocer la inmensidad de las riquezas de Dios. Las Escrituras afirman sistemáticamente que Dios lo posee todo. Por ejemplo, en el Salmo 24:1 (NBLA), el salmista declara: "Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y los que en él habitan. Porque Él la fundó sobre los mares, y la asentó sobre los ríos". El hecho de que Dios sea el dueño de todo nos asegura que puede satisfacer nuestras necesidades.
Otra razón para confiar en que Dios proveerá para todas nuestras necesidades es que Él dijo que lo haría. Si Dios lo dijo, entonces lo hará. Números 23:19 (NBLA) dice: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho Él, y no lo hará? ¿Ha hablado, y no lo cumplirá?". Por lo tanto, estén "contentos con lo que tienen, porque Él mismo ha dicho: "Nunca te dejaré ni te desampararé"" (Hebreos 13:5, NBLA).
En Lamentaciones 3:22-23, Jeremías declara: "Que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan Sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es Tu fidelidad!" (NBLA). El amor inquebrantable, la misericordia y la fidelidad de Dios garantizan que Él suplirá todas nuestras necesidades.
La provisión de Dios para Sus hijos se manifiesta de forma práctica. Por ejemplo, en Mateo 6:25-34, Jesús explica por qué no debemos preocuparnos por cosas como la comida y la ropa. Si Dios cuida de las aves del cielo y de los lirios del campo, ¿no cuidará también de nosotros? Puesto que Dios cuida de estas cosas, podemos confiar en que Él suplirá todas nuestras necesidades. Por eso, en lugar de preocuparnos por el futuro, debemos centrarnos en deleitarnos en el Señor (Salmo 37:4).
Es importante señalar que la provisión de Dios no tiene que ver con el exceso, la codicia o el lujo. Se trata más bien de necesidad y saciedad. Como Dios dijo a Pablo: "Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Corintios 12:9, NBLA). La gracia de Dios es suficiente para satisfacer todas nuestras necesidades, pero puede que no coincida con nuestros deseos y expectativas. En cambio, Su provisión siempre se alineará con Su voluntad y propósito para nuestras vidas.
El mayor regalo de Dios es Su Hijo, Jesucristo. Juan 3:16 dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna". Esto coincide con Romanos 8:32, que dice: "El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas?" (NBLA). Si Dios es tan bondadoso como para darnos a Su Hijo, el mayor regalo de todos, ¿no suplirá también todas nuestras necesidades en esta vida?
La seguridad de que Dios proveerá para todas nuestras necesidades es una promesa basada en el carácter de Dios, en que Él es el dueño de la creación y en Su compromiso con Sus hijos. Independientemente de lo que nos depare el futuro, podemos confiar en Aquel que tiene el futuro en Sus manos.