Pregunta: ¿Qué quiso decir Dios cuando afirmó: "mi honra no la daré a otro" en Isaías 48:11?
Respuesta:
Hay varios pasajes en la Biblia en los que Dios anuncia el propósito de lo que está haciendo. Quizás la referencia más concisa sea Isaías 48:11, donde Dios declara que "Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro".
Algunos han denominado a esto como el propósito doxológico de Dios, o el propósito de Dios de demostrar Su propia gloria. Es evidente que todo lo que Dios hace es para la manifestación o expresión de Su propia gloria. En Efesios 1, por ejemplo, Pablo explica por qué Dios proporciona la salvación: el Padre predestina, el Hijo redime, y el Espíritu sella, todo para la alabanza de Su gloria y la gloria de Su gracia (Efesios 1:6, 12, 14). David explica que Dios creó los cielos como declaración de Su gloria (Salmos 19:1). Dios es glorificado por la salvación de Israel (Isaías 60:21) y por la misericordia que ha demostrado a los gentiles (Romanos 15:9). Jesús glorificó al Padre (Juan 17:4), el Padre glorificó a Jesús (Juan 17:5), y el Espíritu también glorifica al Hijo (Juan 16:14). Dios es glorificado cuando los discípulos de Jesús dan mucho fruto (Juan 15:8). Las bestias del campo glorifican a Dios (Isaías 43:20). Dios se glorificará en la culminación de todas las cosas (Ezequiel 39:13). Un día, Jesús regresará y será glorificado entre la gente (2 Tesalonicenses 1:10). En última instancia, porque Dios nos ha comprado, debemos glorificar a Dios con nuestros cuerpos (1 Corintios 6:20). De todas estas maneras (y muchas más), Dios será glorificado, y Él dijo: "Mi honra no la daré a otro" (Isaías 48:11).
La gloria de Dios—su magnitud o valor—es grande y le pertenece. Él expresa Su grandeza en Su obra, y debido a que estas cosas son la expresión de Su propio carácter, la alabanza y la gloria le pertenecen. Cualquiera de Sus criaturas que busquen alabarse a sí mismas están intentando robar a Dios lo que le pertenece por derecho. Es por esto que Dios se opone a los orgullosos y da gracia a los humildes (Santiago 4:6; 1 Pedro 5:5)—porque Dios ha dicho: "Mi honra no la daré a otro" (Isaías 48:11).
Dios no permitirá que otro se lleve el crédito de Su carácter u obra. De manera similar, la obra de un artista renombrado es reconocible como tal, y los intentos de copiar esa obra se consideran falsificaciones. Al igual que reconocemos los derechos de autor o la propiedad intelectual, debemos reconocer que Dios es el soberano Creador y Dueño de todo. Su propósito revelado es la demostración de Su propio carácter y magnitud (gloria).
Puesto que Dios ha dicho: "Mi honra no la daré a otro", la responsabilidad humana incluye caminar humildemente delante de nuestro Dios (Miqueas 6:8). Por eso, Salomón se refiere al temor del Señor como el principio de la sabiduría (Proverbios 1:7)— necesitamos la perspectiva correcta de Dios, reconociéndolo como el temible Creador que se ha comunicado amablemente con Su creación. Entonces podemos comenzar a entender Su diseño y propósito en nuestras propias vidas, y entender lo que Él desea de nosotros. Si comenzamos exaltando al Señor y reconociendo nuestra relativa pequeñez, podemos comenzar a ver desde Su perspectiva tal como la ha revelado en las Escrituras, y evitar el error de tratar de tomar para nosotros lo que solo le pertenece a Él. Él ha dicho: "Mi honra no la daré a otro" (Isaías 48:11).