Pregunta: ¿Qué significa que "mis ovejas oyen mi voz" (Juan 10:27)?
Respuesta:
Una de las imágenes más ilustrativas de Jesús en la Biblia es la del Buen Pastor. Parte de esta imagen tiene que ver con Su liderazgo o señorío del rebaño. Jesús manifiesta esa función diciendo: "Mis ovejas oyen mi voz". Solo las verdaderas ovejas del Señor le siguen y obedecen porque conocen y reconocen Su voz. Jesús dijo: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen" (Juan 10:27).
En Juan 10:1-30, cuando Jesús se enfrenta a la cada vez mayor oposición de Sus enemigos, acerca cada vez más a Sus seguidores presentándoles al líder bondadoso y bondadoso que Él encarna: el Buen Pastor. Jesús quiere que Sus discípulos reconozcan que Él no es como los abusivos líderes religiosos que estaban en constante conflicto con Él y con Su ministerio. Les muestra que deben seguirle como las ovejas siguen a su pastor.
En esta ilustración, el redil representa un lugar de seguridad, un refugio protector de la familia de Dios. Nadie puede entrar en el redil si no es a través del Buen Pastor (Juan 10:7-9). Solo Él determina quién puede entrar. Él protege a Sus ovejas y las guía, e incluso da Su vida por ellas (versículo 11). Solo las ovejas verdaderas siguen Su liderazgo: "Una vez reunido su propio rebaño, camina delante de las ovejas, y ellas lo siguen porque conocen su voz" (Juan 10:4, NTV). Cristo guía con el ejemplo. Su vida ilustra cómo debemos vivir. No tiene que empujarnos o incitarnos a seguirle, sino que nos guía caminando delante de nosotros. Y sus ovejas oyen Su voz, es decir, conocemos Su voz y le reconocemos como nuestro líder.
La sencilla afirmación Mis ovejas oyen mi voz está cargada de doctrina cristiana. Expresa la intimidad personal entre el pastor y sus ovejas. En el siglo I, un solo redil albergaba múltiples rebaños, por lo que era esencial que las ovejas conocieran y reconocieran la voz de su propio pastor. Tenía que haber una familiaridad inconfundible entre oveja y pastor para que las ovejas se sintieran seguras y supieran qué voz seguir. Jesús dijo: "Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí" (Juan 10:14). Conocer la voz del Señor indica un conocimiento experimental a través de una relación con Él.
Mis ovejas oyen mi voz, también destaca el llamado de Jesucristo que lleva a los creyentes a una vida nueva y abundante de comunión con Él (Romanos 8:28-30). Jesús, como Buen Pastor, nos llama por nuestro nombre (Juan 10:3; Isaías 45:3-4) y nos conoce por nuestro nombre (Éxodo 33:17).
Mis ovejas oyen mi voz, habla de aquellos que escuchan prestando atención de forma obediente; este tipo de escucha da como resultado la fe. Pablo enseñó a los romanos: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17). Una forma primordial de oír la voz del Señor es a través de la Palabra de Dios. Al oír su voz en las Escrituras, llegamos a conocerle, y conocerle produce fe, y esa fe hace que le sigamos y obedezcamos.
Primera de Juan 2:3-6 explica que conocer a Dios es obedecerle: "Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo". Las verdaderas ovejas conocen la voz del Señor y lo demuestran obedeciendo Sus mandatos. Viven como lo hizo Jesús.
Mis ovejas afirma que hay ovejas verdaderas y ovejas falsas. Las ovejas verdaderas conocen, escuchan y obedecen la voz del Buen Pastor; las ovejas falsas no le hacen caso. Mis ovejas también comunica la realidad de nuestra unión con Cristo: "Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él" (1 Corintios 6:17). Pertenecemos a nuestro Buen Pastor (Juan 17:6).
De Sus ovejas, Jesús dijo: "yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:28-30). Los que pertenecen al Buen Pastor pertenecen a Dios Padre. Son Suyos para siempre. Jesús entregó Su vida en la cruz para dar a Sus seguidores la vida eterna, y ellos están a salvo en Su redil por toda la eternidad (Juan 6:37, 39; 17:2, 9; 18:9).
El Buen Pastor dice: "Mis ovejas oyen mi voz". Estas ovejas han oído el llamado de Cristo para entrar en el redil. Por gracia, el Buen Pastor las ha salvado mediante la fe, y ahora pertenecen a la familia de Dios para siempre (Efesios 2:1-10).
