Pregunta: ¿Por qué Jesús le dijo al principal de la sinagoga: "No temas, cree solamente" (Marcos 5:36)?
Respuesta:
El miedo es una emoción o experiencia humana común. Muchos temen lo desconocido. Muchos temen a la muerte. Sin embargo, Dios llama a los creyentes a no vivir con miedo. Más bien, debemos temer a Dios (Salmo 111:10; Proverbios 19:23; Mateo 10:28). En Marcos 5:36, Jesús responde al temor de Jairo y le dice: "No temas, cree solamente".
Jairo, un líder de la sinagoga, había acudido a Jesús porque su hija pequeña se estaba muriendo (Marcos 5:22). Suplicó que Jesús fuera a su casa a sanarla para que viviera (versículo 23). Mientras caminaban, llegaron unas personas de la casa de Jairo para informarle de que su hija había muerto. Al no ver ninguna esperanza, le dijeron a Jairo: "¿para qué molestas más al Maestro?". (versículo 35). Jesús se les adelantó y le dijo a Jairo: "No temas, cree solamente" (Marcos 5:36). Siguieron hasta la casa de Jairo. Allí, Jesús tomó a la niña de la mano y le dijo: "Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate" (versículo 41). Al oír esto, ella se levantó inmediatamente y empezó a andar (versículo 42). Jesús había resucitado a la niña.
Hasta ese momento, Jesús había revelado Su autoridad sobre las catástrofes, los demonios y las enfermedades. Había calmado una tormenta furiosa (Marcos 4:35-41). Expulsó a una legión de demonios (Marcos 5:1-13), y sanó a muchas personas con enfermedades, incluida una mujer que llevaba doce años sangrando (Marcos 5:25-29). Con la hija de Jairo, Jesús mostró Su poder y autoridad sobre la muerte. Jesús esperó hasta que la niña fue identificada como muerta antes de decirle a Jairo: "No temas, cree solamente", y antes de resucitarla de entre los muertos.
La Biblia a menudo dice cosas como "No temas"y "No tengas miedo". Las palabras de Jesús "No temas, cree solamente" significaban que Jairo no debía permitir que la ansiedad o la preocupación se instalaran en su corazón. El mandato de Jesús indica que el miedo y la fe no pueden convivir pacíficamente. Los creyentes no necesitan vivir con miedo porque Dios nos ha dado "espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7). Debemos ser personas de fe, no de miedo.
El mandamiento "No temas, cree solamente" no contradice el mandato de temer a Dios. De hecho, es temiendo a Dios que somos capaces de creer en Él y vivir sin miedo. El que teme a Dios es capaz de decir: "Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré" (Salmo 91:1-2). Quien confía en Dios puede vivir sin miedo: "No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará" (Salmo 91:5-7). Jesús ordena a los creyentes que temamos al Señor, no a nuestras circunstancias.
La fe nos permite vivir lo que Jesús nos ordenó: "No temas, cree solamente". Creer en Dios es tener seguridad en quién es Dios y en lo que ha hecho. Aquel que se entregó por nosotros (Tito 2:14) es digno de confianza y merecedor de nuestra fe. Nuestra fe no tiene que ser grande (Mateo 17:20; Lucas 17:6). Sólo necesita estar puesta en la persona adecuada (Hebreos 11:6), ser persistente (1 Tesalonicenses 5:17) y tener la intención correcta (Santiago 4:2-3). Jairo confió en Jesús y fue testigo del milagro de Jesús, devolviendo la vida a su hija.
Esto no significa que todo lo que pidamos será respondido como deseamos. Cuando Jesús le dijo a Jairo: "No temas, cree solamente", no le prometió a Jairo que resucitaría a su hija de entre los muertos. Ni siquiera le dijo a Jairo si el resultado sería favorable. Cuando oramos, debemos hacerlo de acuerdo con la voluntad de Dios: debemos estar abiertos a cualquier momento y a cualquier forma que el Señor elija para responder a nuestra oración. Primera de Juan 5:14-15 nos dice: "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho". En el caso de Jairo, era voluntad de Dios que Jesús sanara a su hija.
Los creyentes no deben temer, sólo creer que Dios obrará todas las cosas para "bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" (Romanos 8:28). Dios es justo, fiel y verdadero (Salmo 33:4), y podemos confiar en Él. No debemos temer nada de lo que se nos presente, ni siquiera la muerte, porque nuestra esperanza descansa en Él (1 Pedro 1:3).
